Sumergidas en vapor de nitrógeno líquido a -175 grados Celsius, cientos de miles de células madre de toda Europa duermen en enormes barriles de acero a las afueras de Varsovia.
Después de la quiebra de la empresa suiza Cryo-Save, el banco de sangre del cordón umbilical polaco PBKM/FamiCord se ha convertido en líder en Europa.
Este sector despierta esperanzas de mejorar la protección de la salud y al mismo tiempo es fuente de polémica alimentada por el escepticismo de algunos investigadores.
Teresa Przeborowska, madre de Michal, de 9 años, lo tiene claro. Cuando el niño tenía 5 años y medio -cuenta esta empresaria del noreste de Polonia- fue diagnosticado con leucemia linfoblástica. Necesitaba un trasplante de médula ósea.
Seguro de salud
La donante más compatible era su hermana pequeña Magdalena. Cuando nació sus padres depositaron una bolsa de sangre del cordón umbilical en el PBKM. No es suficiente para Michal -lo sería para un bebé de nueve meses- pero completa la extracción de médula ósea.
«El resultado es que Michal ahora es un niño en forma, tanto intelectual como físicamente», asegura su madre.
En el laboratorio de PBKM «cada depósito contiene unas 10,000 bolsas de sangre. Esperan en lugar seguro a poder ser utilizadas en el futuro», afirma a la AFP el jefe de esta unidad, Krzysztof Machaj.
Para las familias que han pagado cientos de euros para que la sangre extraída del cordón umbilical de sus recién nacidos se conserve durante 20 años, es una especie de seguro de salud, la promesa de un tratamiento más rápido y eficaz en el caso de que lo necesiten.
Algunos científicos son escépticos. Como el hematólogo Wieslaw Jedrzejczak, un pionero en el trasplante de médula ósea en Polonia.
Productos de belleza
Califica a los promotores de estas terapias de «vendedores de esperanza» que «hacen promesas cuya realización es imposible en el futuro cercano o bien imposible por razones biológicas». Los compara con los fabricantes de productos de belleza que «prometen que su crema rejuvenecerá 20 años a la clienta».
«La sangre del cordón umbilical no es una panacea», reconoce el hematólogo estadounidense Roger Mrowiec, director del laboratorio clínico del programa de sangre del cordón umbilical Vitalant, en Nueva Jersey. «Hay -detalló a la AFP- una lista de casi 80 enfermedades para las que las células madre podrían resultar beneficiosas. Pero en el estado actual de la medicina, solo son eficaces para una decena de ellas, como la leucemia o la parálisis cerebral».
«No es exacto, como leemos a veces, que ya se puedan usar contra la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer o la diabetes», agrega, recalcando que todavía se está investigando.
Algunos países, como Francia e Italia, son muy prudentes en este tema y prohíben el almacenamiento de sangre del cordón umbilical para fines personales.
Cryo-Save experimentó un rápido crecimiento a principios de siglo y muchos suizos, italianos, españoles, húngaros o griegos depositaron allí muestras de sangre del cordón umbilical de sus bebés.
Pero la compañía suiza tuvo que cerrar a principios de 2019 y sus clientes se asustaron: ¿a dónde irían a parar las células madre con las que contaban en caso de enfermedad?
La compañía suiza tenía un acuerdo con PBKM. Este último, fundado en 2002 por dos socios con dos millones de zlotys (alrededor de 450.000 euros, 498.000 dólares), también ha crecido rápidamente: el grupo FamiCord, que controla, tiene alrededor del 35% del mercado europeo (recursos Cryo-Save no incluidos).
En los últimos 15 meses, otros inversores se han unido a ellos con una contribución de 63 millones de euros (69 millones de dólares).
El PBKM acudió en ayuda de Cryo-Save para evitar que perjudicara la reputación de los bancos de sangre del cordón umbilical, afirmó a la AFP su presidente, Jakub Baran.
Esto no impidió que los medios de comunicación polacos se interesaran por el tema: el semanario Polityka publicó en diciembre una investigación sobre varias clínicas privadas que proponen terapias costosas con células madre, unos tratamientos autorizados por un comité de bioética pero cuestionados por varios investigadores.
Algunas de estas clínicas usan células madre conservadas por el PBKM, que también almacena muestras tomadas en el sector público, disponibles para los hospitales.