Entrevista con Jorge de León Duque, procurador de los Derechos Humanos.
Deben, dice el magistrado de conciencia, coexistir los derechos de manifestación y locomoción. También considera que hay movimientos legítimos y otros que son manipulados para satisfacer intereses personales o políticos.
Álvaro Alay / aalay@cronica.com.gt
Éxitos escasos
Las protestas son el reclamo de demandas que han sido insatisfechas. Los pobladores, sobre todo los que están en lugares más lejanos, no tienen presencia del Estado y por lo tanto se sienten abandonados en temas como salud, vivienda y salario digno. Pese a que se tienen liderazgos legítimos y auténticos, también existen otros que tienen diferentes fines y no son idóneos, y como consecuencia se da, en algunos grupos, la manipulación para manifestar.
Históricamente diría que los éxitos de las manifestaciones son escasos porque esas condiciones que las provocaron persisten. Tristemente, y en términos generales, las manifestaciones no logran sus pretensiones.
Atropellan derechos de otros
La población rechaza los bloqueos, principalmente quienes se dirigen al trabajo o a estudiar. Lo ven como un obstáculo y eso genera una molestia tremenda, porque consideran que, si bien es cierto que tienen derecho a manifestar, eso no significa que lo hagan atropellando los derechos de los demás. Se pueden hacer manifestaciones ordenadas, como la que se llevó a cabo en abril por el tema del agua —la caminata salió de San Marcos hacia la capital y respetó la libre locomoción—, lo cual incluso genera más apoyo de la ciudadanía. Los bloqueos lo único que logran es mayor conflictividad. La Corte de Constitucionalidad ha dictado que se debe ejercer el derecho a manifestar, pero coexistiendo la libertad de locomoción.
Pérdidas y fuerza pública
Indudablemente, en cualquier país del mundo en el que se bloqueen las carreteras y no se permita la libre locomoción de vehículos, existe un costo; desde la movilización de la maquinaria del Estado hasta la misma población en cuestiones de combustible, tiempo, entre otros. Indudablemente hay pérdidas. Deben poder coexistir los dos derechos constitucionales: las manifestaciones con la libertad de locomoción. Sería más ingenioso si se le explicara a la gente por qué manifiestan, para que todos entendamos el ejercicio de este derecho, no solo se trata de quemar llantas. Referente al uso de la fuerza pública para disolver los bloqueos, se tienen protocolos claros y las autoridades han entendido cuál tiene que ser la proporción con la cual deben actuar. El protocolo ha cambiado y la fuerza pública está haciendo su trabajo con otra mentalidad.