Una campaña de donaciones promovida por ambientalistas y el gobierno de México busca incrementar la población silvestre del lobo mexicano, una especie que empieza a recuperar gradualmente su hábitat tras haber sido declarada extinta en vida libre hace más de tres décadas.
El lobo mexicano (Canis lupus baileyi), que aún se halla en peligro de extinción, vive primordialmente en el norte de México y el sur de Estados Unidos, explicó este martes Jorge Rickards, director de la organización ambientalista WWF en una conferencia de prensa.
«Tenemos ya algunos en vida libre, pero tenemos todavía una gran tarea hacia delante para conservar esta especie», agregó el activista.
La campaña, denominada #ProtegeALaManada y que busca donaciones a través de un sitio de internet (www.wwf.org.mx), cuenta también con la colaboración del futbolista mexicano Raúl Jiménez, quien milita en el club Wolverhampton del fútbol británico.
Actualmente en México hay entre 30 y 50 ejemplares en libertad y unos 120 en cautiverio. Al sumar los que viven en Estados Unidos –principalmente en Arizona y Nuevo México- suman un total de 400 ejemplares.
«A más de 30 años de que los lobos se extinguieron en nuestro país, las primeras crías nacieron en 2014 dándonos una gran esperanza de que es posible recuperar estas especies que estaban extintas en vida libre», explicó, por su parte, Jorge Eduardo Ponce, encargado de la Dirección de Especies Prioritarias para la Conservación del gobierno mexicano.
Durante el siglo XX, el lobo mexicano fue víctima de la destrucción de su hábitat ante el aumento en el número de campos dedicados a la ganadería y para 1950 comenzó a desaparecer por la caza indiscriminada.
Para 1976, los últimos ejemplares estaban en las montañas de los norteños estados de Chihuahua y Sonora, por lo que en esa fecha comenzó una estrategia de conservación.
En la década de 1990, los primeros ejemplares del lobo mexicano fueron liberados en la naturaleza de nuevo en Estados Unidos y años después en territorio mexicano, justamente en Sonora y Chihuahua.
En 2019, el gobierno mexicano dejó de considerarlo una especie «extinta en vida silvestre» para nombrarla «en peligro de extinción».
En el futuro, el gobierno mexicano espera tener unos 200 ejemplares en libertad para sacar al lobo mexicano de la lista de especies en peligro de extinción.