Al estilo de un documental de National Geographic, las imágenes que se podrían ver en cinco años por el caos vial mostrarían una ciudad semiparalizada, con automovilistas con alto estrés y una sociedad enferma por la tensión. La falta de planificación para mejorar el tránsito y la carencia de un sistema de transporte colectivo masivo eficiente e integral son una muestra de la falta de previsión.
Sergio Del Águila
sdelaguila@cronica.com.gt
En la capital se llevan a cabo en este momento varias obras de pasos a desnivel, las cuales, sin embargo, no resuelven los graves problemas de tránsito y los atascos diarios. Eso opinan los expertos, que destacan la falta de planificación que ha existido.
Las posiciones son encontradas, pues mientras los expertos han expuesto por años sus apreciaciones y validado su aporte sobre las aristas del caos vial, la tendencia es poner en marcha paliativos que, si bien alivian dificultades, no atacan el problema de fondo. Los más optimistas ven en las obras aisladas un esfuerzo importante.
El inicio del año escolar ha traído de vuelta una realidad cada día más espeluznante: cada vez es más complicado circular en automóvil por la ciudad y ya no solo las horas pico se prolongan entre tres y cuatro horas.
Los especialistas, y aun la propia autoridad municipal y otros actores, coinciden en que el problema del tránsito no es solo un asunto vial sobre la macrocefalia en que se ha convertido la ciudad, y lo más preocupante es que al pensar en el futuro no se vislumbran soluciones.
Al asumir por cuarta ocasión consecutiva como alcalde capitalino, Álvaro Arzú anunció por primera vez en 17 años que su administración trabajará en un gran proyecto de transporte colectivo. Esta vez habla de un teleférico hacia Mixco, mientras que en las anteriores juramentaciones anunciaba apenas la construcción de ramales parciales del Transmetro.
Las ciudades que rodean al municipio –Mixco, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Amatitlán, San Juan Sacatepéquez– han crecido de manera exorbitante y son cientos de miles de vehículos los que ingresan por esos lugares a la capital. Tampoco hay algún proyecto integral con esas municipalidades para atender el problema.
En esta gran carencia, lo primero que padecen los ciudadanos son conflictos por la circulación, espacios, falta de vialidad y medidas equivocadas, lo cual ha sido enfrentado por la municipalidad con la construcción de pasos a desnivel y otras obras.
Cada vez que se construye alguna obra, las molestias llegan porque aumenta el caos vehicular, pero si luego no se soluciona un problema, como sucedió con el paso a desnivel Francisco, en el inicio de la ruta a El Salvador, entonces el malestar aumenta.
Los expertos coinciden en que los conflictos que se generan por la circulación responden a la falta de proyectos urbanos integrales, y provocan atascos en las principales vías de la capital.
No son la solución
Para Amanda Morán, directora del Centro de Estudios Urbanos Regionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la construcción de pasos a desnivel no es solución, porque no hay un criterio para ponerlos donde de verdad se necesitan.
Además, la experta considera que debería estimularse el uso del transporte público para mitigar el impacto vehicular, mientras que los viaductos que se construyen no son acordes a la tasa de crecimiento de los automotores que circulan por la ciudad. Asimismo, su planificación luce más bien tardía, porque pudieron ser planificados hace muchos años.
Para Morán, son apenas un paliativo, porque en poco tiempo estarán igual de congestionadas las calles de influencia, como ha sucedido con otros pasos a desnivel.
A su juicio, la situación es crítica porque hay obras que debieron hacerse mucho antes y se ha dejado que el problema rebase los límites. Por la falta de previsión ahora observa que hay pocas soluciones viables, porque en las actuales circunstancias es más difícil implementarlas por costos e impacto.
El doctor en urbanismo Alfredo Trinidad coincide con otros expertos en que deben tomarse medidas integrales, con la debida planificación, y destaca como la principal necesidad un eficiente sistema de transporte público que integre a la región metropolitana. Si no se hace algo pronto, en cinco años tendremos una ciudad inhabitable, añade.
La versión de la comuna
La visión de la Municipalidad capitalina es menos pesimista. El director de obras, Álvaro Hugo Rodas, asegura que en cinco años el problema de la alta concentración vehicular podría revertirse porque las personas que decidieron comprar en las afueras, como San Lucas, ruta al Pacífico o carretera a El Salvador, están retornando a vivir en la ciudad.
Para la comuna capitalina, el problema vehicular está asociado al crecimiento urbano desordenado, lo cual es, en efecto, cierto, pero no dicen nada de por qué no se ha solucionado o por lo menos paliado en los 17 años que Arzú lleva al frente del ayuntamiento metropolitano.
Uno de los argumentos que dan para explicar esta situación es que al municipio de Guatemala ingresan a diario 645 mil vehículos desde las calzadas Roosevelt, San Juan, Aguilar Batres, Atanasio Tzul, Hincapié y las vías a El Salvador, Santa Catarina Pinula, Chi- nautla, Sacatepéquez y la ruta al Atlántico.
Ello demanda, afirman, servicios como iluminación, semáforos, agentes de la Policía Municipal de Tránsito, pero no dan ni un centavo por ellos, debido a que las personas que a diario ingresan a la ciudad pagan sus impuestos en los municipios en donde residen y no en la capital.
Lo que no se dice es que Arzú se ha negado a reunirse con sus pares del área metropolitana para encontrar una solución conjunta al problema del caos vehicular. En los últimos años ninguna instancia ha funcionado por el desinterés del alcalde Arzú de participar en la búsqueda de soluciones con sus colegas.
Rodas también manifiesta que la ciudad, en lugar de disminuir su crecimiento en relación con el resto de ciudades, como se esperaría con la descentralización, sigue concentrando los servicios, porque soporta la mayoría de las actividades laborales, comerciales, educativas y recreativas.
Nuestro planteamiento, el cual afirma que no se trata de soberbia, es que la capital ha hecho su tarea, y entonces el resto de ciudades municipios no han hecho la parte que les toca. En lugar de distribuir las actividades económicas a nivel de todas las otras ciudades, se concentran cada vez más en el municipio central, señala el funcionario.
En lugar de retirarse, la gente se concentran cada vez más en la ciudad, y esto genera muchos problemas, como el congestionamiento de tráfico, porque Guatemala tiene más facilidades, que atraen a la gente a la ciudad más poblada de Centroamérica, acota.
A corto plazo lo que se necesita es que Escuintla, Antigua, Chiquimula, Quetzaltenango y Chimaltenango se desarrollen más para que muchos de los servicios se desconcentren, pero en tanto eso no suceda, la ciudad lo soporta, asevera el director de obras de la comuna
capitalina.
Preguntado sobre por qué no se hicieron los pasos a desnivel hace cinco o más años, dijo que no se han edificado porque se depende de recurso que no se tienen. La Municipalidad ha venido acopiando los recursos en función de los impactos viales y lo que contribuye son los desarrollos inmobiliarios por sector.
Sin soluciones de fondo
Para Trinidad, arquitecto y urbanista por la Universidad de Milán, sin embargo, los pasos a desnivel solo son soluciones de carácter de urgencia, ayudan a que la circulación sea mas fluida, descongestionan por ahora los atascos, pero no resuelven el problema de fondo.
Él explica que ahora hay que pagar a un costo muy alto lo que se dejó de hacer. En eso tiene razón, porque si se hubiera previsto y planificado adecuadamente, muchos de los pasos a desnivel en los que ahora se trabaja o están proyectados, se habrían construido tiempo atrás.
El sistema vial de la ciudad no tiene capacidad para absorber tantos vehículos. No ha existido una adecuada planificación territorial ni se ha trabajado en obras para mejor la circulación. No se ha avanzado en circunvalaciones y otras obras necesarias para alcanzar una mejora real.
Entonces aquí viene un problema y se resuelve con pasos a desnivel, pero en realidad no se logra ninguna solución, en parte porque no existe un sistema de transporte público más integral, que, según Trinidad, se debería concebir partiendo del hecho de que la ciudad es un área de trabajo, con impacto desde Sanarate, El Progreso, y Palín, Escuintla; es decir, mucho más allá de los municipios circunvencinos.
El doctor Trinidad estima que el problema de fondo es la carencia absoluta de planificación coordinada con los municipios, la que se agrava y está detenida porque somos la única monarquía municipal que existe en el mundo, donde el rey (Álvaro Arzú) no habla con los plebeyos.
Enfatiza en que no tenemos transporte público, pues lo que hay es un sistema semintermedio –el Transmetro– que no tiene una vialidad que le corresponde. Además, no está regulado el de carga, lo cual ahonda la dificultad, pues el tráiler, aunque sea tarde, se mete donde se le antoja.
Para él, se necesita un sistema que integre diferentes tecnologías. Imagínense una telaraña: tiene ejes, después va poniendo su circunvalación. Uno más complejo sería el metro subterráneo, pero como es muy caro, mejor nos quedamos con el Transmetro. Pero por qué en lugar de hacer el Transurbano no se aumentaron ejes del Transmetro, se pregunta el entrevistado.
Los pasos a desnivel, como el que construye la comuna cerca de la Guardia de Honor, solo son un paliativo al atasco vial porque al poco tiempo las calles volverán a estar congestionadas.
El problema del caos vehicular no se soluciona, en parte porque no existe un sistema de transporte público integral y eficiente.
Los pasos a desnivel solo trasladan el problema a otro lugar.
Pasos a desnivel en construcción:
De acuerdo con Álvaro Hugo Rodas, director de obras de la Municipalidad de Guatemala, desde el inicio de enero de este año se construyen tres pasos a desnivel, luego de estudios que justifican la inversión. Su costo será de Q21 millones y dos de ellos estarán finalizados en cuatro a cinco meses, antes de la época de lluvia.
El primer viaducto se construye sobre la 2a. calle y 6a. avenida de la zona 10, a un costado de la Guardia de Honor, el cual tiene un costo de Q12 millones y mejorará la interconexión entre las zonas 15 y 10 en beneficio de 40 mil vecinos.
El emprendimiento pretende aliviar el flujo que viene de la 12 avenida de la zona 5 rumbo al sur, e incluso de la misma carretera a El Salvador, y que crea atascos principalmente en las horas de egreso de la ciudad.
La otra obra se lleva a cabo simultáneamente en la bifurcación de la avenida La Reforma a la 20 calle de la zona 10. Allí se construirá una rampa de 120 metros para que complemente la salida del paso del subterráneo rumbo a oriente, con miras a mejorar la vialidad en las zonas 13, 14 y 10.
El otro paso estará ubicado frente al complejo comercial Cayalá, en la rotonda Las Flores, donde se contempla la ampliación a tres carriles y que se libere el tráfico.
El cuarto proyecto de este año va ampliar a un cuarto carril el puente del Periférico, en la calzada Roosevelt, en dirección norte, con el que se busca superar el embudo en el Periférico que causa el flujo que viene del sur con dirección a la ruta del Atlántico.