“Paros magisteriales no son justificados”

Conversatorio con Oscar López, ministro de Educación.

No existe ninguna razón para que el sindicato de maestros esté llevando a cabo medidas de hecho, dice López, y luego agrega que estos están exigiendo que se traslade a 29 mil docentes del renglón 021 al 011, pero eso tiene que ser gradual, porque aumenta el presupuesto de Educación en Q450 millones.


Debby Ríos  / Crónica


¿Cuál es el panorama general con los sindicatos?

Tenemos 162 mil trabajadores, se dividen en 10 mil administrativos y 152 mil docentes. Tenemos sindicatos en las 25 Direcciones Departamentales de Educación, y los administrativos tienen sindicato en la central. Los profesores de telesecundaria tienen su propio sindicato, y no solo uno, varios, casi por departamento. También tenemos los sindicatos de auditores, los jurídicos, entre otros. Hemos estado atendiendo al sindicato mayoritario que se denomina Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala —STEG—. En total, son más de 50 sindicatos, y dentro del marco de la ley la negociación debe ser con el más grande, escuchamos a todos, pero el más grande es el STEG, que según los registros que ellos llevan, tiene más de 100 mil afiliados y es el que comanda el señor Joviel Acevedo.

¿A qué acuerdos han llegado? ¿Por qué hay manifestaciones, bloqueos, y paros?

No hemos tenido razones justificadas y problemas de fondo para que se generen los paros que ha habido. Lo que piden es que las autoridades se sienten a negociar con ellos aspectos generales; pero las razones no son justificables, puesto que se les ha dado respuesta a todo lo que ellos mencionan. Hay cuestiones que no son necesariamente de control nuestro; por ejemplo, el tema de los programas de apoyo, que son cuatro: alimentación escolar, útiles escolares, valija didáctica y gratuidad. En los tres primeros casos se hace un aporte monetario a las organizaciones de padres de familia legalmente constituidas —OPF—. Uno de los elementos críticos es que no hemos llegado al 100 por ciento. En el pasado, este dinero se administraba de dos formas: una a través de las OPF y la otra a través de un fondo se le daba a los directores. Con las modificaciones a la Ley de Compras, del año pasado, ya no se puede hacer a través del fondo rotativo, solo por medio OPF. Nos enfrentamos al problema de que tenemos alrededor de 35 mil centros educativos registrados y solo teníamos 11 mil OPF, y debíamos darles a todos. Corrimos para organizar a todos estos, que en muchos casos no querían, y conseguimos tener cerca de 27 mil OPF antes de terminar febrero, y en ese mismo mes les dimos los cuatro programas de apoyo al 80 por ciento de los centros educativos. La ley no permite entregar de otra manera.

¿Entonces, qué es lo que está peleando el sindicato?

El 20 por ciento restante. Lo que el sindicato pide y plantea es que, haya o no OPF, tenemos que darle a todos. No es una decisión del Ministerio no darles, la ley no me permite hacer ese tipo de desembolso. Se pidió al Congreso una reforma a la ley para poder volver al fondo rotativo, pero no lo aprobaron; pedimos al Ministerio de Finanzas la aprobación de un contrato abierto, pero no nos lo autorizaron porque tramitamos individualmente, y los contratos abiertos deben ser tramitados por dos ministerios unidos. Agotados esos tres recursos, insistimos en organizar a los padres, pero no quieren.

¿Qué otra solicitud hace el sindicato?

Que pasemos a los 29 mil maestros que están en el renglón 021 al renglón 011, y eso, el mismo Presidente, antes de que ellos lo pidieran, lo ha ofrecido. El cambio debe ser paulatino, puesto que hay una implicación de más o menos Q450 millones. Si lo hago de una vez ¿de dónde saco el dinero?, si este Ministerio recibió un presupuesto de Q12 mil 892 millones. Y este ya tiene un déficit de Q581 millones y una deuda de arrastre de Q310 millones. Hacer el traslado implica Q450 millones, y no vamos a poder cubrirlo, pero se iniciará a hacer paulatinamente a partir de enero de 2017.

En tema de transparencia, ¿con qué criterios fueron electos los directores departamentales?

Los directores departamentales, en el pasado, se seleccionaban por influencia política. Esta vez se hizo de forma distinta, por lo que fue una de las grandes inconformidades del sindicato. Organicé un equipo de profesionales de recursos humanos y sicología, para que se encargaran de hacer un proceso de reclutamiento y selección técnico. Para estar en esa lista, los candidatos debían haber sacado mínimo 75 puntos. Cuando me entregaron la lista, la envié al Ministerio Público para revisar sus antecedentes, los que tenía tacha fueron descartados. A raíz de eso, fueron tomadas dos Direcciones Departamentales, porque no estaban de acuerdo con los nombramientos, pero sus argumentos eran que los designados no eran del partido, y eso no es una razón válida. Hubo dos departamentos del país, Escuintla y Zacapa, en los que nadie llegó a los 75 puntos, entonces no nombré a nadie y coloqué a un interino. Y, nuevamente, el sindicato se molestó.

¿Es cierto que se iban a erogar Q900 millones a los sindicalistas?

No es cierto. El dinero solo lo pueden erogar unidades ejecutoras, y el sindicato no es una unidad ejecutora. Firmamos un convenio con el sindicato para buscar las formas para que nos ayuden a evaluar los programas de apoyo y cómo están llegando a las comunidades. Lo que se pretende es llegar a ese 20 por ciento al que no hemos llegado, porque no existen OPF. En ningún momento se les dará dinero, se están promoviendo las mesas de diálogo.

¿Cuáles son los principales retos que tiene?

En cobertura, lamentablemente, tenemos más personas afuera que adentro, la educación inicial de 0 a 3 años, solo el 4.5 por ciento de la población la recibe. Más de 2 millones de niños no tienen acceso a educación preescolar, versus los países más desarrollados, en donde este tipo de educación es de lo más importante. Solo el 45 por ciento de los niños van a párvulos, y en primaria, el 81 por ciento. En básico cae nuevamente al 44 por ciento, y en diversificado es del 24 por ciento. Si nos extendemos a las universidad, solo tenemos del 6 por ciento. Eso plantea un desafío en el que estamos trabajando. La calidad educativa es el resultado de factores como infraestructura, servicios, materiales, buenos maestros, estudiantes comprometidos, padres interesados en sus hijos. La suma de esos aspectos produce una educación pertinente, relevante y significativa, pero si no tenemos ninguno de esos aspectos, no vamos a tener educación efectiva.