Para superar miedo a la violencia y la migración, guatemaltecos eligen presidente

En los salones de una enorme escuela en el poblado de Sumpango, en el oeste de Guatemala, la población vota el domingo por el próximo presidente, a quien le exigen detener la violencia y crear fuentes de empleo para frenar la peligrosa migración ilegal a Estados Unidos.

Los votantes de este poblado maya-kaqchikel, unos 17 km de la capital, quieren sobre todo perder el miedo a salir a la calle y arriesgar ser víctimas de la violencia que deja en el país unos 12 muertos al día.

También reclaman más empleos para evitar que miles de connacionales se vean obligados a migrar ilegalmente a Estados Unidos cada año, una decisión que puede llegar a ser mortal.

«El problema es que como no hay trabajo y por eso muchas personas desean migrar y a veces es desesperante y da tristeza lo que le pasa a los hermanos guatemaltecos que mueren o los asesinan», dijo a la AFP Emilio Canel, un agricultor de 26 años.

La exprimera dama socialdemócrata Sandra Torres y el médico derechista Alejandro Giammattei, candidatos del balotaje, han prometido enfrentar la violencia criminal y la pobreza, reconocidas como causas de la migración.

«Queremos que haya oportunidades de trabajo para la gente, para que todos los que salen de estudiar puedan tener un empleo digno», aseguró Edgar Chiquitó, un técnico de mantenimiento de elevadores de 43 años.

El hombre llegó a votar junto con «Chato», su perro caniche, y señaló que muchas veces en el país los trabajos no ofrecen un sueldo «con el que se pueda vivir».

Desde diciembre pasado, al menos cinco niños guatemaltecos murieron bajo custodia de autoridades estadounidenses tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Algunos de los menores acompañaban a sus padres, que salieron agobiados por la pobreza.

Además, en junio una mujer y tres menores de este país murieron por calor y deshidratación en el estado de Texas (sur), en uno de los últimos casos del drama migratorio.

Según la embajada estadounidense en Guatemala, más de 250 mil guatemaltecos fueron detenidos entre octubre de 2018 y julio de este año por intentar ingresar ilegalmente a ese país. Buena parte de quienes son deportados provienen de zonas indígenas, donde la pobreza llega en algunas comunidades hasta el 80%.

También han sido detenidos miles de hondureños y salvadoreños que desde el año pasado despertaron el enojo del presidente Donald Trump, con la salida de masivas caravanas migrantes. El mandatario ha acusado al norte de Centroamérica de no hacer nada por frenar este flujo irregular.

Pero para Canel los migrantes solo buscan «un nuevo futuro por ayudar a su familia».

Miedo en la calle

«Esperamos un cambio porque hay mucha delincuencia y a uno le da miedo salir a la calle porque hay muchos ladrones. Esperamos que el gobierno que quede elimine todo eso», aseguró la votante María Raxón, de 30 años.

«Queremos que no haya violencia porque uno vota para eso», dijo también Marta Subuyuj, una agricultora de 43 años, tras hacer una pequeña fila para sufragar.

Previo a recibir al primer votante en su mesa, jóvenes voluntarios rezaron para que la jornada transcurriera sin sobresaltos. La afluencia de personas, según ellos, es mucho menor durante el balotaje que en las elecciones generales de junio, cuando el lugar se abarrotó por el interés en la elección del alcalde municipal.

Varios pobladores añoran un cambio con la salida del presidente Jimmy Morales, un excomediante que dejará el gobierno en enero con la popularidad en picada al quedar en deuda con la población que reclamaba una lucha frontal contra la corrupción, que permitiera mejorar los indicadores sociales.

En uno de sus últimos actos polémicos, el gobierno de Morales firmó en julio un acuerdo con Estados Unidos para convertir a Guatemala en «tercer país seguro», lo que implica recibir a migrantes que tenían el objetivo de pedir asilo en el país norteamericano.

El acuerdo sacudió la recta final de la campaña y generó múltiples críticas y acciones legales, principalmente basadas en el elevado índice de pobreza y la falta de infraestructura, aunque los dos candidatos presidenciales han evitado profundizar en el tema.