El nuevo coronavirus, que ha matado ya a 425 personas, provocó el martes su primera víctima mortal en Hong Kong y sigue propagándose con rapidez en China, lo que llevó a las autoridades a cerrar otras grandes ciudades y a restringir los movimientos de millones de habitantes.
Las cifras hablan por sí solas de la magnitud de la epidemia: en China, el número de personas contaminadas ya supera los 20,400, a pesar de las medidas adoptadas por el gobierno para aislar regiones enteras.
Este martes quedaron en una gigantesca cuarentena unos 12 millones de personas en la ciudad de Taizhou y en tres distritos de la localidad Hangzhou y otros tres en Ningbo, todas ellas en la provincia de Zhejiangen, al este de China. Una de las ciudades está a solo 175 km de la metrópoli de Shanghái, la más poblada de China.
Las autoridades de Zhejiangen ordenaron que solo una persona por hogar salga cada dos días para comprar artículos de primera necesidad. Una de las áreas ahora cerradas abriga oficinas centrales del gigante comercial Alibaba.
China lucha para contener el virus, que avanza a pesar de que impuso medidas sin precedentes, incluyendo el aislamiento de más de 56 millones de personas en la provincia de Hubei, en cuya capital, Wuhan, apareció el nuevo coronavirus.
Hong Kong se convirtió en el segundo lugar fuera de China continental en reportar la muerte de un hombre de 39 años que había viajado el 21 de enero a Wuhan. Hasta este martes solamente Filipinas había registrado una muerte fuera de China continental, un hombre de 44 años de Wuhan.
La excolonia británica fue particularmente golpeada por la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) en 2002-2003, que dejó 774 muertos, en su mayoría en Hong Kong. En China continental causó 349.