Nadal y Serena Williams –ex Nos. 1 del mundo– vuelven a soñar en grande

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Melbourne, Australia | AFP |

El español Rafael Nadal y la estadounidense Serena Williams, exnúmeros 1 de la ATP y la WTA respectivamente, se clasificaron para semifinales sin perder un set en sus duelos de cuartos, dando este miércoles un paso más hacia el título en un Abierto de Australia que está sonriendo a los veteranos.

Los partidos de este miércoles permitieron a los aficionados seguir soñando con la posibilidad de revivir finales que parecen de otra época: Nadal y Federer están algo más cerca de medirse en la masculina y Serena podría enfrentarse en el último partido con su hermana Venus, también semifinalista.

El español Rafael Nadal, actualmente noveno de la clasificación ATP, accedió a las semifinales del Abierto de Australia de tenis, al derrotar al canadiense Milos Raonic, tercero del ránking, por 6-4, 7-6 (9/7) y 6-4, este miércoles en Melbourne.

Nadal (30 años) se enfrentará en la siguiente etapa, con un billete para la gran final en juego, al búlgaro Grigor Dimitrov (15º del mundo), que se deshizo por su parte del belga David Goffin (6-3, 6-2, 6-4). Será la primera semifinal para el español en un torneo del Grand Slam desde la de Roland Garros en 2014.

La gran victoria sobre Raonic, el jugador de mayor ránking en los cuartos de final tras las eliminaciones anteriores de Andy Murray y Novak Djokovic, confirma el buen momento de Nadal, campeón en su brillante carrera de 14 torneos del Grand Slam.

Confirma además su recuperación tras los problemas de lesiones de las últimas temporadas, que le hicieron acercarse más a la salida del ‘Top 10’ que a la lucha por volver al número 1.

«Milos es un adversario muy difícil. Me venció hace dos semanas en Brisbane en un partido duro», recordó Nadal tras su victoria.

«Sabía que iba a haber momentos difíciles en el partido al jugar contra él. Tiene uno de los mejores saques del circuito», destacó sobre un jugador al que limitó a 14 ‘aces’, su dato más bajo en este torneo.

Nadal estuvo excepcional en el arranque de partido, restando bien y jugando en largo, sin cometer prácticamente errores.

En el segundo set demostró su fuerza mental salvando seis bolas de set, tres con 4-5 con su saque y otras tres en el ‘tie-break’.

Con dos sets a cero, Nadal lo tenía todo a favor y no dio margen a la sorpresa. Raonic perdió su saque en el décimo juego de la tercera manga, en blanco, y todo quedó visto para sentencia.

Raonic explicó después que tenía problemas en los aductores, lo que le deja en duda para el inicio de la Copa Davis a principios de febrero.

– Cita con la historia –

Para Nadal, será su quinta semifinal en el Abierto de Australia y la vigesimocuarta en un torneo del Grand Slam.

Nadal aspira a un segundo título en Australia tras el de 2009 y a convertirse en el primer hombre de la ‘era Open’ -y en el tercero de la historia- en ganar cada uno de los cuatro Grand Slam al menos en dos ocasiones.

La victoria de este miércoles asegura a Nadal subir al sexto lugar en la clasificación ATP que se publicará el lunes, salvo que Dimitrov sea campeón del torneo. En ese caso, Nadal subiría al séptimo lugar, aunque si el español es el campeón se pondría incluso cuarto.

Contra Dimitrov, Nadal domina 7 a 1 en sus enfrentamientos anteriores, pero el búlgaro se llevó el último, en Pekín el año pasado.

Serena Williams 

Las mujeres

En el cuadro femenino, dos veteranas, la estadounidense Serena Williams y la croata Mirjana Lucic-Baroni, se clasificaron este miércoles para las semifinales, donde se verán las caras.

Serena (35 años), despachó cómodamente en 1 hora y 15 minutos a la británica Johanna Konta (9ª del mundo), por 6-2 y 6-3.

«Ella jugó muy bien, definitivamente tiene madera de campeona», dijo Williams para referirse a su rival. «Estoy contenta de haber dejado esto atrás», admitió la número 2 mundial, que persigue su 23º título del Grand Slam y regresar al número 1, algo que conseguiría si es la campeona.

Lucic-Baroni, de 34 años y 79ª del mundo, se impuso a la checa Karolina Pliskova, quinta del ránking (6-4, 3-6, 6-4).

«No puedo creerlo. Es muy loco. Lo único que puedo decir es que Dios es bueno. Es lo único que puedo decir. No puedo creerlo», dijo con lágrimas en los ojos la actual número 79 del mundo.

La tenista, semifinalista en Wimbledon en 1999, sufrió maltrato físico de su padre y se vio obligada a escapar a Estados Unidos con su madre y sus hermanos. Después, debido a problemas financieros y de salud, su carrera se vio eclipsada y no disputó ningún Grand Slam entre 2003 y 2009.