Murió Javier Pérez de Cuéllar, el único latinoamericano en ocupar la Secretaría General de la ONU

El diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar, quien fue secretario general de la ONU de 1982 a 1991, falleció este miércoles en su casa en Lima a los 100 años por complicaciones de salud.

«Mi papá falleció después de una semana complicada, ha fallecido a las 08H09 de la noche (01H09 GMT del jueves) y descansa en paz», dijo Francisco Pérez de Cuéllar a la emisora RPP.

El presidente peruano Martín Vizcarra lamentó «profundamente» en Twitter «el fallecimiento de don Javier Pérez de Cuéllar, insigne peruano, demócrata a carta cabal, quien dedicó su vida entera al trabajo por engrandecer a nuestro país».

Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo estar «profundamente entristecido por el fallecimiento de mi predeceor» y extendió sus condolencias a «su familia, el pueblo peruano, y a tantos otros alrededor del mundo cuyas vidas fueron tocadas por este notable y compasivo líder mundial».

En Perú, Pérez de Cuéllar ejerció como presidente del Consejo de Ministros y ministro de Relaciones Exteriores simultáneamente durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua, entre el 22 de noviembre del 2000 al 28 de julio de 2001.

Además, fue candidato a la presidencia en 1995, cuando perdió frente a Alberto Fujimori, quien fue reelegido.

Anteriormente había sido embajador de Perú en la desaparecida Unión Soviética, Francia, Polonia y Suiza. También fue representante de su país ante la Unesco.

«Estadista consumado»

Nacido en Lima en 1920, abogado y diplomático de carrera, fue el quinto secretario general de Naciones Unidas, entre enero de 1982 y diciembre de 1991. La ONU lo saludó cuando cumplió 100 años, el pasado 19 de enero.

Guterres lo saludó en esa ocasión en Twitter: «Con enorme orgullo y alegría extiendo mis mejores deseos al celebrar su centenario… Muchas veces he reflexionado sobre su ejemplo y experiencia en busca de inspiración y orientación».

En su centenario, la cancillería había destacado que Pérez de Cuéllar fue «el único diplomático peruano y latinoamericano de la historia en haber asumido dos períodos en el cargo de secretario general de la ONU» y abrió una muestra en su honor.

En su comunicado del miércoles, Guterres destacó que su predecesor fue «un estadista consumado» y un «diplomático comprometido» cuya vida «abarcó no solo un siglo, sino toda la historia de las Naciones Unidas, desde su participación en la primera reunión de la Asamblea General en 1946».

Agregó que «dejó un profundo impacto» tanto en la ONU como en el mundo con una gestión al frente de la organización que coincidió con «algunos de los años más helados de la Guerra Fría» y con «el fin de la confrontación ideológica» cuando Naciones Unidas «comenzó a jugar completamente el papel avizorado por sus fundadores».

Recordó que tuvo un «rol crucial en una cantidad de éxitos diplomáticos, incluyendo la independencia de Namibia, el fin de la guerra Irán-Irak, la liberación de los rehenes estadounidenses en Líbano, el acuerdo de paz en Colombia y, el sus últimos días de gestión, un histórico acuerdo de paz en El Salvador».

Legado peruano

En tanto, la cancillería peruana destacó que Pérez de Cuéllar «dedicó su vida al servicio del Perú y de la comunidad internacional, ejerciendo con probidad y compromiso ejemplar».

«Supo defender con sus actos y con su palabra valores como la democracia, la tolerancia y la paz. Su legado nos inspira para seguir trabajando por nuestro país», declaró por su lado el primer ministro peruano Vicente Zeballos en un comunicado.

Los restos del diplomático serán velados el viernes en el Palacio de Torre Tagle, sede de la cancillería peruana, donde recibirá honores oficiales, y después será sepultado en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima, indicó su hijo.

Una vez retirado de la ONU, diversos grupos políticos peruanos lo instaron a ser candidato presidencial en 1995 para enfrentar a Fujimori, quien tres años antes había dado un «autogolpe». Sin embargo, el gobernante de ascendencia japonesa consiguió la reelección con el 64% de los votos.

Después de los comicios se fue a vivir a París, pero regresó tras la caída de Fujimori en noviembre de 2000 y colaboró con el presidente Paniagua en el gobierno de transición que dirigió el país durante ocho meses.

Pérez de Cuéllar estuvo casado en dos ocasiones, primero con la francesa Yvette Roberts y luego con la peruana Marcela Temple Seminario, ambas fallecidas.

En su primer matrimonio nacieron sus hijos Francisco (1947) y Águeda (1955).

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