Una italiana de Trieste (norte) ya no podía permanecer encerrada en su casa, entonces tomó el autobús durante cuatro horas para dar un paseo pero se bajó con una multa de 400 euros, informó la agencia AGI.
El conductor del autobús invitó varias veces a la pasajera a bajar, pero sin éxito, y se resignó a llamar a una patrulla policial encargada de controlar el respeto de las instrucciones de confinamiento vigentes en Italia, donde están prohibidas todas las salidas excepto por motivos profesionales o de salud.
La pasajera se justificó tranquilamente ante los policías diciendo que no podía seguir encerrada en su casa.
Los policías la obligaron a bajar y le impusieron una multa de 400 euros.