Este domingo cientos de mujeres de tallas grandes desafiaron, a pesar de la lluvia y el coronavirus a los pies de la Torre Eiffel en París para reclamar más diversidad en la moda y ayudar a la gente a aceptarse.
Bajo un cielo gris parisino, con bajas temperaturas y con mascarilla, el buen humor no faltó en esta «All sizes catwalk» (pasarela para todas las tallas) del movimiento «body positive», términos adaptados de la cultura anglosajona.
Modelos con curvas, pero también delgadas, pequeñas, con diferentes morfologías, principalmente vestidas con lencería y camisones, desfilaron en la plaza del Trocadero, con la Torre Eiffel de fondo.
- Algunos modelos hombres se unieron a ellas en la pasarela.
Cuarta edición
«Este desfile fue un verdadero desafío: 500 modelos desafiaron las restricciones y el virus, y vinieron de toda Francia y de Bélgica, demostrando así que el movimiento crece», celebró Georgia Stein, líder del movimiento «body positive» en Francia, que celebró su cuarta edición.
«Es un movimiento de indulgencia para uno mismo y los demás, cualquiera que sea la edad, la morfología, su hándicap, enfermedad. Puede pasar cualquier cosa en la vida y uno se siente mal consigo mismo. Este movimiento está aquí para ayudaros», declaró a la AFP.
Las modelos iban vestidas por la marca china Shein. «No encontré una marca francesa, ¡me hubiera gustado!», declaró, considerando en cambio que las cosas están cambiando en Francia en las campañas publicitarias e incluso en las pasarelas de la Semana de la Moda.
Grandes firmas
En marzo, Chanel sacó a desfilar a una modelo de talla 40 cuya apariencia normal, destacaba entre las demás.
Amélie Dore, de 30 años, profesora de enseñanza superior, lució con orgullo un conjunto de encaje que resaltaba sus formas durante el desfile, para probar que «todas las mujeres son hermosas».
«Estoy muy orgullosa de estar aquí», contó Christina Constantin, una agente de viajes de 27 años que llevaba un sujetador color carne y unas mallas negras con estampado de leopardo.
Dawson Barba, una vendedora de 30 años, descubrió el «body positive» gracias a las redes sociales y este fue su primer desfile.
«Es una gran alegría», aseguró la mujer, con unas bragas y un sujetador de encaje negro y verde. Su forma de protestar contra una sociedad que cultiva la belleza «estandarizada»