La nueva víctima es Gladys Rosaura Villatoro Herrera, de 38 años de edad. Este deceso se suma a otros 23 que se le atribuyen al tratamiento renal deficiente de la Droguería Pisa, la cual, según las investigaciones del Ministerio Público (MP), pagó un soborno para hacerse de un contrato con el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) para la atención de enfermos renales.
Complicaciones
Según el esposo de Villatoro Herrera, Arnulfo Argueta, ella fue paciente renal durante 6 años en la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico, donde recibía su tratamiento, tiempo durante el cual su salud fue estable.
Sin embargo, luego de ser trasladada al IGSS por complicaciones económicas que enfrentaba la familia, las cosas cambiaron rotundamente. Ella comenzó con el tratamiento de Pisa y posteriormente fueron notables los problemas de salud hasta que tuvieron que ingresarla a la emergencia del Hospital General de Enfermedades del Seguro Social, explicó el conyugue, quien agregó que en ese momento le anunciaron que su esposa tenía “un virus incurable”.
Después de 39 días, la joven madre originaria de la aldea El Paraíso, La Libertad, Huehuetenango, falleció.
Así, dos niños, uno de 15 años y otro de 9, pierden a su progenitora.
Contrato amañado
De tal cuenta, esta historia se liga a una veintena más que se le achacan al objetado tratamiento ofrecido por Droguería Pisa, la cual habría ganado la prestación del servicio a los enfermos renales a través del amaño del contrato respectivo. Por este caso fueron ligadas a proceso 17 personas, entre integrantes de la Junta de Licitación, representantes de la droguería Pisa y los seis integrantes de la Junta Directiva del IGSS, entre ellos Juan de Dios Rodríguez.
Foto: Archivo Crónica