Mijaín López, el “niño” gigante cubano que va a Lima por su quinta corona

Ya reina en el Olimpo, pero el apetito de Mijaín López es insaciable en la mesa como en las colchonetas. En Lima, este gigante cubano confía en ganar su quinta corona individual consecutiva en un deporte de combate, una hazaña inédita en casi 70 años de historia panamericana.

«Confíen en mi medalla de oro en estos Panamericanos» de Lima-2019, declaró a medios cubanos López, de 36 años, poco antes de partir a la capital peruana como abanderado, por novena vez consecutiva, de la delegación cubana a una cita multideportiva.

Tricampeón olímpico y pentacampeón mundial en grecorromana, López, una mole de músculo de 1.96 metros, debutó en las lides panamericanas en Santo Domingo-2003 y se mantuvo invicto en Rio-2007, Guadalajara-2011 y Toronto-2015, obteniendo siempre el oro.

Aunque no compite oficialmente desde los Centroamericanos de Barranquilla-2018, asegura que no ha «dejado de entrenar ni un solo día», y que está «en óptimas condiciones» para la cita continental.

«No he competido este año, pero he tenido la posibilidad de estar en competencias para estudiar a mis rivales», explicó López, que entrena con su compatriota Oscar Pino, doble medallista mundial y quien también irá a Lima, pero en el estilo libre. 

«Hemos entrenado muy fuerte y los dos vamos por el oro», destacó el mejor luchador cubano de la historia y una de las 10 figuras de América seleccionadas por Panam Sports Organization como embajador para los Juegos.

Hazaña inédita

De formidable potencia física, técnica e inusual velocidad para un luchador de pesos pesados, López alcanzó en Río-2016 su tercer título olímpico, igualando la proeza del mítico luchador ruso Aleksander Karelin. Sueña con superarlo en Tokio-2020.

En Río se impuso al turco Riza Kayaalp, el único luchador que ha logrado derrotarlo en dos ocasiones (2011 y 2015) en los últimos nueve años, un oro histórico que lo convirtió en la nueva leyenda de la lucha olímpica.

En Lima podría superar a sus compatriotas Driulis González (judo) y Héctor Milián y Juan Luis Marén (ambos luchadores), todos con cuatro coronas individuales consecutivas, pero ya retirados.

Sería el primero en sumar cinco oros a título individual en un deporte de combate en unos Juegos Panamericanos, otra proeza para su brillante palmarés. 

Y en ese empeño no parece enfrentar grandes obstáculos. Considera que en Lima sus «rivales más difíciles» serán el cubano nacionalizado chileno Yasmani Acosta, y el estadounidense Adam Coon, ambos medallistas mundiales.

«Pero son luchadores a los que me he enfrentado, he estudiado y confío en poder vencerlos», advirtió.

Con el peso, su enemigo real desde que se incorporó al equipo nacional en 1999, tampoco debe tener complicaciones esta vez.

«Está en 135 o 136 kg (…) y no debe tener problemas para llegar a su peso corporal (130 kg, el máximo permitido para su categoría)», comentó el comisionado local de lucha, Luis de la Portilla.

Apetito insaciable

En Herradura, un poblado rural a 114 km al oeste de La Habana, donde nació y vive con su esposa -la bicampeona panamericana de esgrima Maylín González (ya retirada)- y los dos hijos del matrimonio, Lopéz curtió su físico trabajando en el campo y practicó deportes desde niño.

Primero béisbol y luego se subió al ring, animado por sus dos hermanos mayores que eran boxeadores. A los 10 años un entrenador de lucha lo descubrió y le auguró que sería «un buen luchador», según contó en una entrevista.

«Desde que llegué a ella sentí que ahí iba a hacer mi carrera», agregó López, a quien familiares y amigos apodan «el niño».

En el mundo del deporte es admirado por su disciplina, tenacidad y entusiasmo. «Cuando entrena con el equipo, el ánimo de los muchachos se eleva por las nubes. Les da mucho aliento», detalló Portilla.

Fuera de las colchonetas, López es un hombre «muy familiar y cariñoso», que disfruta de la buena mesa, del baile y «ayuda a todo el que puede», declaró a la AFP su madre, Leonor Núñez.

«Siempre fue comelón, desde chiquito, y tiene un apetito insaciable», apuntó Núñez.