Michael Bloomberg, un magnate hiperactivo que sueña con la Casa Blanca

Gurú de la información financiera, alcalde de Nueva York durante 12 años, activista contra el cambio climático: el hiperactivo multimillonario Michael Bloomberg siempre ha dudado en postularse a la Casa Blanca. Hasta ahora.

Si decidiera sumarse a la carrera, Bloomberg, de 77 años, llegaría tarde en una batalla por la nominación demócrata que ya tiene 17 candidatos, incluidos tres septuagenarios y un multimillonario, Tom Steyer. 

Y espera que su fortuna -según Forbes es el noveno hombre más rico del mundo- le permita alcanzar al grupo de favoritos, entre los cuales se ubican los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, dos fuertes críticos de Wall Street a los que acusa de defender puntos de vista «extremistas». 

Bloomberg piensa hace mucho tiempo en desafiar a Donald Trump, otro multimillonario originario de Nueva York a quien llegó a elogiar cuando era alcalde pero al que repudió apenas el actual presidente se embarcó en política. 

Trump, «un estafador»

«Soy neoyorquino, y los neoyorquinos saben cómo reconocer a los estafadores», dijo sobre Trump durante la campaña de 2016. 

Bloomberg había acariciado la idea de presentarse a la carrera presidencial como independiente, pero se decidió finalmente a apoyar la candidatura de Hillary Clinton por temor a dividir al electorado demócrata. 

En marzo pasado, anunció que no sería candidato y consideró más útil respaldar a quien ganara la nominación demócrata en lugar de enfrentar personalmente a un presidente que considera «incompetente» y «anticuado». 

Pero este hombre de negocios que siempre ha rechazado cualquier etiqueta política, económicamente conservador pero que apoya el aborto, los derechos de los homosexuales y el control de armas, «está cada vez más preocupado» por el hecho de que Elizabeth Warren y Bernie Sanders se sitúan en las encuestas por delante del exvicepresidente centrista Joe Biden, afirmó un allegado.

Bloomberg destaca sus cualidades gerenciales que en tres mandatos como alcalde le permitieron revitalizar Nueva York tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, así como sus esfuerzos por regular las armas de fuego y su lucha contra el cambio climático: embajador especial de la ONU desde 2014, ha financiado proyectos de estados, condados y ciudades de Estados Unidos para reducir las emisiones de carbono. 

Al igual que otros multimillonarios, este divorciado padre de dos hijas y dos veces abuelo se comprometió a redistribuir la mitad de su fortuna. Apoya a organizaciones culturales, campañas contra el tabaco o el vapeo, y este mes donó 1.800 millones de dólares a su antigua universidad, Johns Hopkins, para pagar la educación de estudiantes modestos. 

En 2018, destinó 100 millones de dólares a ayudar a los demócratas a recuperar el control de la Cámara de Representantes.

¿A contracorriente?

Sin embargo, muchos dicen que está a contracorriente de la tendencia dominante en los demócratas de tasar los ingresos de los más ricos y de los esfuerzos para movilizar al electorado negro. 

Como alcalde, fue acusado de hacer de Nueva York una ciudad de ricos y de haber respaldado prácticas discriminatorias de la policía hacia las minorías.  

Nacido el 14 de febrero de 1942 en una familia judía de clase media de Boston, hizo brillantes estudios de ingeniería seguidos por un MBA en Harvard.

En 1966 ingresó a Salomon Brothers, un banco del que se convirtió en socio. Cuando la empresa fue comprada, en 1981, cobró una indemnización de 10 millones de dólares.

Luego lanzó su compañía de información financiera, Bloomberg LP, con una innovación que explicará su éxito: la terminal Bloomberg, donde con unos pocos clics se puede acceder a informaciones sobre una compañía o un mercado en cualquier parte del mundo. 

A Bloomberg le gusta decir que tuvo más éxito que Trump.

El miércoles el presidente lo llamó «pequeño Michael» (Trump mide 20 cm más), y dijo que «no tiene lo que se necesita para ser exitoso». 

Sin embargo, ambos empresarios tienen preocupaciones comunes: ¿qué haría Michael Bloomberg con su negocio si fuera elegido? ¿Mantendría a su «bebé», hoy convertido en un poderoso medio, lo que alimentaría sospechas de conflicto de intereses? 

Bloomberg tampoco es conocido por su modestia. En 2017, dijo que ya tenía un lugar en el cielo por «salvar millones de vidas» a través de su lucha contra el tabaquismo.

«Cuando vaya al cielo no estoy seguro de que deba pasar por una evaluación, creo que iré directamente», dijo a CBS.