MÉXICO: Tambalea su ECONOMÍA

El peso está volátil. El petróleo se vende barato. Una economía que parecía pujante, la mexicana, está padeciendo serios problemas… y el presidente Peña Nieto no parece el seguro conductor que algunos anticipaban que sería.
El golpe que supuso a la fe la fuga del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, provocó que se desviara por un tiempo la atención de la difícil situación económica que vive México. Pero, de vuelta a la realidad, es evidente que los problemas son graves y que el entorno no ayuda para pensar que este gigantesco avión pueda aterrizar pronto.
Algo insólito se vio el mes pasado, cuando el Gobierno convocó a una subasta para dar en concesión 14 bloques petroleros. Este país abría por primera vez en ocho décadas sus puertas de la industria petrolera a la inversión extranjera, pero el interés fue tan pobre que solo se dieron dos bloques.
Las malas noticias para la segunda economía de Latino América tienen que ver con la decepción que han traído consigo las reformas económicas que el presidente Enrique Peña Nieto firmara recientemente. Ahora se han modificado los términos de la subasta que tendrá lugar el próximo mes, en la que se espera despertar el interés de grandes compañías petroleras, pero nada parece seguro, en realidad.
México se ha mantenido como una perla económica entre las economías de mercados emergentes, y hasta ahora se había visto que el Gobierno de Peña Nieto empujaba reformas legales para hacer más competitivas áreas tan sensibles a la inversión extranjera, como el petróleo y las telecomunicaciones.
Pero ¿qué es lo que está sucediendo entonces? En los últimos meses, los periódicos mexicanos han mantenido titulares de pesimismo económico: el valor del peso ha caído a mínimos históricos frente al dólar, las tasas de crecimiento se han reducido, y las únicas cosas que parecen estar cada vez más grandes son los tasa de pobreza y la brecha entre ricos y pobres.
Con todo esto, la volatilidad financiera que hemos visto con el peso, el fracaso de la Ronda Uno [de petróleo] y el bajo crecimiento en general, muestra que la economía sufre de la anemia crónica del pasado, dijo Alfredo Coutiño, director para América Latina de Analytics de Moody, quien agrega que no veo a México en el nivel de crecimiento que el Gobierno esperaba a principios de esta administración.
Se esperaban tasas de crecimiento de entre 5 y 6 por ciento, pero las expectativas siguen bajando. Mientras se prepara el presupuesto de este año, el Gobierno pronosticó tasas de crecimiento de 3,7 por ciento, a pesar de que, en lo que va del año, el crecimiento ha alcanzado apenas el 1,6 por ciento.
Esto ha tenido un costo político. Una encuesta en el diario Reforma determinó que el índice de aprobación de Peña Nieto había caído a 34 por ciento, debajo del 39 por ciento que mostraba en marzo, alcanzando el punto más bajo desde que asumió en el 2012.
Además del comportamiento de la economía, tampoco ayudó que el más notorio narcotraficante del mundo, Chapo Guzmán, fuera capaz de construir un túnel para escapar de una cárcel que se suponía de máxima seguridad. Este fue un golpe que repercutió en la economía, por la falta de confianza que genera una acción de esta naturaleza.
Tenemos una economía que, prácticamente, no ha crecido en dos años y medio, dijo Jonathan Heath, profesor de economía en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Ciudad de México.
Los expertos dicen que parte de la carga para la economía ha sido la caída en los mercados internacionales del precio del petróleo, que ha minado los ingresos de este país petrolero y humedecido el entusiasmo inicial de los inversores, quienes pensaban que se podían obtener grandes recompensas por la perforación en las aguas de reciente acceso en el Golfo de México.
Eso ha hecho lento el comienzo de la apertura histórica de la industria, que el Gobierno promociona como una gracia salvadora. Aunque las reformas pueden haber contribuido a reducir los precios de la electricidad y las telecomunicaciones, y la inflación bajó, hay muchos otros índices que mantienen la preocupación de autoridades y economistas.
Pensar que la reforma petrolera fue la gran solución a este país, que estaba mal, según Gerardo Esquivel, un profesor de economía en el Colegio de México, en la Ciudad de México. Es un sector que emplea a menos del 1 por ciento de los trabajadores mexicanos.
El comportamiento del peso es también preocupante. México no está solo con sus problemas monetarios. La incertidumbre económica mundial, especialmente ejemplificada por la crisis en Grecia, ha impulsado al dólar estadounidense frente a otras monedas de mercados emergentes, y el peso no ha escapado a ellos.
México aún tiene recuerdos dolorosos de la crisis del peso en 1994, lo que llevó a la hiperinflación y la fuga de capitales. La moneda devaluada de hoy ha causado preocupación y nerviosismo en los mercados financieros. En comparación con la media del año pasado, cuando el peso se negociaba a alrededor de 13 por dólar, ahora se ha superado los 16 pesos por dólar.
Para los exportadores mexicanos, o para los turistas estadounidenses que quieren descuentos vacacionales en la playa en México, esto puede ser una buena cosa. La Secretaría de Turismo de México, dijo que en los primeros cinco meses del año los visitantes extranjeros han aumentado un 7 por ciento respecto al mismo período en el 2014.
Los economistas dicen que no esperan una crisis similar a lo que se vio en el pasado. Se cuenta que el Gobierno mexicano tiene poca deuda en este momento y está en una posición más estable.
Todos recordamos la devaluación catastrófica de 1995, dijo Armando Sánchez Vargas, investigador económico de la Universidad Nacional Autónoma de México. Pero las condiciones no son las mismas ahora.
Lo que veo no es una crisis financiera, debido a la devaluación de la moneda. Lo que veo es el estancamiento económico sin un escape inmediato. Veo un prolongado estancamiento, pero no una grave crisis financiera .
El lento crecimiento de la economía ha sido un problema en toda Latinoamérica. La región tuvo un crecimiento de apenas 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado, y para este año se prevé que sea aún más bajo.
También es preocupante el aumento de la pobreza y la desigualdad en México. Un informe bianual reciente, del organismo gubernamental Coneval, encontró que la tasa de pobreza del país –fijado en $158 por mes– alcanzó al 46,2 por ciento de la población el año pasado, un leve aumento sobre el 45,5 por ciento que mostraba en el 2012.
Esquivel señala que los índices de pobreza, como la pobreza extrema, son similares a los de la década de 1990, antes de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En más de dos décadas no hemos sido capaces de reducir la pobreza. Seguimos siendo un país donde la economía crece poco, y ese poco crecimiento no se distribuye de manera igual. Este es el panorama del México de hoy.
Las perforaciones petroleras en el Golfo de México no resultan atractivas, por el precio del crudo en los mercados mundiales.

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