Muchos comercios de Alemania volvieron a abrir sus puertas este lunes, en la primera fase de una operación de levantamiento gradual del confinamiento en un país con la epidemia de coronavirus «bajo control», pero cuyo relajamiento suscita «preocupación» en la canciller Angela Merkel.
Tiendas de alimentación, librerías o concesionarios de automóviles, entre otros, levantaron sus persianas este lunes, siempre y cuando su superficie no supere los 800 metros cuadrados.
Se trata de la primera etapa de un plan de desconfinamiento elaborado por el gobierno de Merkel junto con los dirigentes de los 16 Estados federados del país.
Debido al sistema federal, cada región dispone de un margen de maniobra y puede tomar decisiones autónomas.
Pero la canciller se mostró este mismo lunes «muy preocupada» ante la posibilidad de que los alemanes se relajen frente a las restricciones adoptadas para frenar la pandemia del nuevo coronavirus.
Durante una discusión a distancia con los dirigentes del partidor conservador CDU, Merkel pidió especialmente que se ponga fin a las «orgías de discusiones» en el país sobre un posible desconfinamiento total, según declararon a la AFP varios participantes.
La canciller también dijo estar «muy preocupada» por el creciente incumplimiento, a su parecer, de las reglas de distanciamiento social. Según estos miembros de la CDU, Merkel habría lamentado que solo se hable del levantamiento de las restricciones.
Sin embargo, con más de 140,000 casos oficialmente registrados y unos 4.500 decesos, la pandemia en Alemania está «bajo control» y es «manejable», según declaró la semana pasada el ministro de Salud, Jens Spahn.
El ratio de infección persona a persona, que mide el promedio de personas contagiadas por cada enfermo de COVID-19, cayó al 0,7% el viernes, según el instituto Robert Koch, la autoridad federal que supervisa la evolución de la epidemia.
Mascarillas
AFP / Thomas Kienzle Un cartel con la frase «¡Queridos clientes, podemos abrir de nuevo!» luce en el escaparate de una tienda de té y vino en cuyo interior la propietaria atiende a un cliente.
En la región de Sajonia (este), el uso de mascarilla o de un pañuelo es obligatorio a partir de este lunes.
En Leipzig, una de las principales ciudades de este Land, los peatones ante la estación de tren y en las calles llevaban casi todos protecciones, según constató un reportero de la AFP.
Las tiendas han abierto tras más de un mes de cierre, con un número de personas, limitado a dos, presentes al mismo tiempo en estos recintos. Los clientes esperaban frente a los comercios, respetando además la norma de distanciamiento social.
Pese a estas restricciones, Manuel Fischer se declaró «increíblemente feliz» de poder abrir de nuevo su tienda de ropa.
Con las protecciones, «uno se siente un poco más en seguridad», dice Marion, una habitante de Leipzig, de 75 años, que desea que el desconfinamiento «se haga lentamente, paso a paso».
Llevar una protección es «fuertemente aconsejado» por Angela Merkel, y será obligatorio en todos los lugares públicos a partir de la semana próxima en Baviera, el Land más afectado por la epidemia, anunció el lunes su dirigente Markus Söder.
«Frágil etapa ganada»
Esta «etapa ganada» es sin embargo «frágil», advirtió la canciller, quien también estuvo confinada durante dos semanas en su domicilio berlinés tras haber estado en contacto con un médico que dio positivo por COVID-19.
«No podremos llevar nuestra antigua vida hasta dentro de mucho. La distancia y la protección continuarán rigiendo nuestra vida diaria», advirtió Armin Laschet, dirigente de otra de las regiones más afectadas por la pandemia, Renania del Norte-Westfalia, y candidato a la presidencia del partido conservador, la CDU.
Según el programa previsto, las escuelas y los centros de secundaria reabrirán a partir del 4 de mayo, empezando por los alumnos mayores. En Baviera, los centros escolares abrirán una semana después.
Los ministerios regionales de Educación, que en Alemania tienen las principales competencias educativas, deben presentar antes del 29 de abril qué medidas prevén implantar para que los alumnos respeten un distanciamiento razonable, por ejemplo, reduciendo el tamaño de los grupos de aprendizaje.