Merecido homenaje a Francisco Morales

Poeta, editor y antologador. Un intelectual guatemalteco que en varias facetas de su vida ha aportado a diversos campos del conocimiento. Esta semana, Francisco Morales Santos recibió un importante homenaje, como reconocimiento a su trayectoria.

Francisco Alejandro Méndez

famendez@cronica.com.gt

Este jueves 26, la Fundación Paiz para la Educación y la Cultura rindió un merecido homenaje a Francisco Morales Santos, Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 1998, debido a su trayectoria y a su invaluable aporte a la literatura guatemalteca.

Según la Fundación, para ellos es determinante velar por los artistas y creadores de las obras que han sido

 

parte fundamental del desarrollo del arte y la cultura en Guatemala.

De tal manera que el jueves, en las instalaciones de la Biblioteca Nacional, Luis Cardoza y Aragón, se realizó el homenaje en el que participaron los escritores Delia Quiñónez, Wingston González y Julio Serrano, quienes reseñaron la vida y obra de Morales Santos. También se leyeron fragmentos de la poesía del escritor, para apreciar el trabajo que ha realizado a lo largo de toda su carrera.

Vida de poeta

 

Nació el 4 de octubre de 1940, en Ciudad Vieja, en el departamento de Sacatepéquez, Guatemala. En su adolescencia mostró su interés por la literatura, con la lectura de autores como César Vallejo, Pablo Neruda, Mario Benedetti y Roque Dalton, quienes, según él, contribuyeron a definir y pulir su estilo.

En 1961 publicó el libro Agua en el Silencio, el que le abrió las puertas al mundo de la literatura. El Consejo Superior de Educación de Costa Rica le notificó que, a partir del 2008, su libro Ajonjolí, escrito para niños, sería una lectura obligatoria en dicho país. Morales Santos recibió el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, en 1998.

Junto a Roberto Obregón, José Luis Villatoro, Antonio Brañas, Delia Quiñónez, Julio Fausto Aguilera y Luis Alfredo Arango, Morales Santos fue fundador del grupo Nuevo Signo.

A lo largo de su carrera ha obtenido varios reconocimientos, como el Primer Premio en los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango; y el Premio Único, en 1978, en el Festival Nacional de Arte, de la Universidad de San Carlos de Guatemala.  También ha incursionado en el periodismo, colaborando en periódicos y revistas de Guatemala, México, El Salvador, Costa Rica y Colombia.

Su labor en la Editorial Cultura, del ministerio de Cultura y Deportes, ha marcado a una nueva generación de escritores jóvenes.

El escritor ha publicado obras de todo tipo, incluso literatura infantil.