Los mensajes de KAMALA HARRIS antes de llegar al país

La Vicepresidenta de Estados Unidos arriba hoy. No se esperan explosiones…

Cuando la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris arribe hoy a Guatemala, espera encontrar allanado el camino para alcanzar acuerdos, que permitan avanzar en las relaciones bilaterales y, en particular, en dos temas altamente sensibles: la inmigración irregular y la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Desde que se anunció en abril pasado la visita de Harris, Washington y la propia vicepresidenta han enviado mensajes bastante directos al presidente Alejandro Giammattei, a quien se critica en círculos de la sociedad civil, por haber encabezado un virtual asalto a la Corte de Constitucionalidad (CC), intragada –hasta este momento–, por magistrados afines a una alianza del oficialismo con diversos grupos y sectores.

La vicepresidenta Harris –exfiscal general de California–, se reunió con cuatro guatemaltecas que han ocupado altos cargos dentro del sistema de justicia del país… pero que no son del agrado del oficialismo.

La vicepresidenta –que visitará también México en la breve gira–, ha declarado públicamente que Estados Unidos considera que hay una relación entre las masivas inmigraciones y la corrupción, un mensaje que apunta a señalar que es una de las causas para la pobreza y falta de oportunidades, algo que empuja a cientos de miles de guatemaltecos a buscar el sueño americano.

Si se toma en cuenta que Guatemala aparece en todas las mediciones sobre corrupción, como uno de los peores países en Latinoamérica, es claro que al hablar del tema se refiere al Gobierno de nuestro país.

Independencia de la justicia

El manto protector de la corrupción es la impunidad.  Por esa razón, el otro mensaje que la vicepresidenta Harris se esfuerza en trasladar con firmeza es el de respetar la independencia de la justicia.  Ella comprobó que las recomendaciones­ que se hicieron antes del nombramiento de magistrados para la nueva corte de Constitucionalidad no fueron consideradas.

Su respuesta fue reunirse en su despacho en Washington, con cuatro mujeres, a las que califica como defensoras de la lucha contra la corrupción.  Ellas son Gloria Porras –a quién el oficialismo en el Congreso le impide hasta ahora ser juramentada para asumir otro mandato en la CC–, las exfiscales generales Claudia Paz y Paz y Thelma Aldana, y la exmagistrada Claudia Escobar.

Las cuatro tienen en común que no son del agrado de la alianza oficialista que trabaja para asegurar el marco de impunidad en el país.

Fuentes vinculadas a la cancillería –que pidieron mantener el anonimato–, aseguran que dicha reunión no fue del agrado del presidente Giammattei, y que se comentó en círculos oficiales que fue una reunión con un sector de la oposición, que debió evitarse.

Poco margen para Harris

La misma fuente diplomática considera que, tras los mensajes recibidos –pero no tomados en cuenta–, se esperan reuniones tensas, pero con cordialidad.  La versión interna dice que el presidente Giammattei sabe que Estados Unidos no viene a romper, ni siquiera a pelear, por lo que encontrará a un mandatario receptivo a escuchar, sin comprometerse en ningún sentido.

Lo que se considera como poco probable, es que la vicepresidenta acepte reunirse con la Fiscal General, Consuelo Porras, o con el presidente del Congreso, Allan Rodríguez, aunque en el primer caso lo haría si en la reunión está presente el fiscal Juan Francisco Sandoval, para expresarle personalmente su apoyo por la gestión que realiza en la lucha contra la corrupción.

Los análisis de la cancillería apuntan a que Harris presionará, pero entiende que lo más importantes en este momento, es mantener las buenas relaciones con Guatemala, partiendo de que es su mejor aliado en el llamado Triángulo Norte.

En efecto, los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele y de Honduras, Juan Orlando Hernández, están confrontados por distintas causas con Washington.  Los salvadoreños, incluso, se han acercado a China en los últimos años.

En conclusión, la cancillería anticipa tensión en las conversaciones, pero nada más allá de eso.  Incluso se planteará la posibilidad de aumentar la asistencia de Estados Unidos, algo que el Departamento de Estado ha señalado que cuando ocurra, se hará por medio de organismos privados, para evitar la corrupción.