Los coros alemanes, mudos a raíz del coronavirus

Cuando los cantantes del coro de la catedral de Berlín se juntaron para ensayar el 9 de marzo, el nuevo coronavirus no era más que una preocupación lejana.

Cinco días después, un integrante del coro, de 80 cantantes, le dijo al director, Tobias Brommann, que no acudiría al ensayo porque había dado positivo por covid-19.

En cuestión de dos semanas, unos treinta miembros del coro se habían infectado del virus, mientras que otros 30 presentaban síntomas, incluido el director, que tenía dolor de cabeza, tos y fiebre.

Con la pandemia de coronavirus, el canto, y sobre todo el canto coral, se ha convertido en una de las actividades más peligrosas.

«Tampoco podemos estar seguros de que los que no tuvieron síntomas no se contagiaron, porque no nos hicieron tests serológicos», explicó a la AFP Tobias Brommann.

Una preocupación que se acentúa si se tiene en cuenta que 112 personas se contagiaron durante un servicio religioso en la iglesia bautista de Fráncfort, donde los fieles cantaron sin llevar mascarilla.

Historias trágicas

En todo el mundo han sucedido historias trágicas de coros enteros infectados por el coronavirus, como en Ámsterdam, donde 102 personas cayeron enfermas, según los medios.

Entretanto, las medidas de confinamiento impuestas por el gobierno alemán en marzo se han ido suavizando, pero el canto continúa estando prohibido en gran medida.AFP/Archivos / Odd ANDERSEN Los fieles llevan mascarilla y respetan las distancias de seguridad durante una misa en la catedral de Berlín, el 10 de mayo de 2020

Los alemanes pueden reunirse en los parques, ir al restaurante, a la iglesia, de tiendas o incluso a nadar. Pero los coros tienen prohibido ensayar y actuar, y se prevé que el veto siga en vigor durante bastante tiempo.

También el instituto de vigilancia sanitaria Robert Koch (RKI) desaconsejó el canto pues su director, Lothar Wieler, aseguró que «las gotas de saliva se propagan especialmente lejos cuando cantamos».

Cantar bajo la ducha

En parte, esos temores se deben a que cuando cantamos, «inspiramos y expiramos muy profundamente». «Así, si hay partículas del virus flotando en el aire, pueden alcanzar los pulmones bastante rápidamente», advirtió Brommann.

Cantar produce un alto número de micropartículas potencialmente infecciosas. Según un estudio publicado el año pasado en la revista Nature, pronunciar «aaaaahhhh» durante 30 segundos produce el doble de partículas de las que se expulsan durante 30 segundos de tos.

Muchos cantantes temen por su futuro. Cinco de los famosos coros masculinos de Alemania escribieron una carta al gobierno explicándole la delicada situación en la que se encuentran y pidiéndole que actúe para salvarlos.

En el barrio berlinés de Schöneberg, los ensayos del coro de la iglesia de los Doce Apóstoles se interrumpieron hace más de dos meses y medio.

La soprano Heike Benda-Blanck, de 59 años, que forma parte del coro desde hace diez, está muy aburrida. «Lo extraño», admite. «Podemos seguir cantando bajo la ducha, pero no es lo mismo», ironiza.

El instituto de medicina de los músicos de la Universidad de Friburgo actualizó sus recomendaciones y aconseja limitar el número de personas dentro de una habitación y la duración de los ensayos, así como guardar una distancia de 2 metros y que las habitaciones estén ventiladas, además del uso de mascarilla.

«Es un trabajo en constante evolución», explica el director del instituto, Bernhard Richter. «Por supuesto que los cantantes quieren directivas claras, negro sobre blanco, pero quizá nos toque decir que todavía no sabemos» qué es lo mejor.AFP/Archivos / Odd ANDERSEN Los asistentes a una misa en la catedral de Berlín, el 10 de mayo de 2020, sentados respetando las distancias de seguridad

La Iglesia católica de Alemania propuso a las autoridades que se «cante en voz bajo» durante las misas y restringir el número de feligreses, que deberán mantener una distancia de 1.50 metros entre sí. La Iglesia protestante, por su parte, sigue defendiendo una prohibición completa de los servicios.

Además, las autoridades tendrán que vigilar el desarrollo de otros acontecimientos, como los partidos de fútbol, que se celebran a puerta cerrada hasta nueva orden.

Cantar también podría provocar que se propague el virus durante conciertos de rock o durante la Fiesta de la Cerveza de Múnich. Y es por ello que todas las celebraciones de este año fueron anuladas.