- Luego de fracasar los intentos del oficialismo para impedir el cambio de Gobierno, todo indica que ya nada impedirá que le impongan la banda a Bernardo Arévalo mañana por la tarde
Aunque la tensión política no de disipa del todo, nada parece ya amenazar la toma de posesión mañana de Barnardo Arévalo como nuevo presidente de Guatemala, poniendo fin a tres períodos consecutivos marcados por la corrupción.
Este sábado han principiado a arribar al país las delegaciones de diferentes países que participarán en los actos protocolarios programados para el Teatro Nacional en horas de la tarde, luego de que el nuevo Congreso de la República se integre en horas de la mañana.
Entre las delegaciones que han arribado destaca la de España, encabezada por el rey Felipe VI, quien fue recibido en la Fuerza Aérea por el canciller guatemalteco.
La comunidad internacional jugó un papel importante para impedir que el Ministerio Público (MP) y la alianza oficialista en el Congreso concretaran la conspiración para declarar viciadas y nulas las elecciones generales que dieron el triunfo a Arévalo y Karin Herrera del Movimiento Semilla.
El presidente Alejandro Giammattei, quien deja el cargo con un nivel de popularidad muy bajo, presentó este día su informe de la gestión de su administración durante el año 2023, con «logros» que el mandatario considera «históricos».
Sin embargo, el resultado de las elecciones de junio y agosto fueron una clara manifestación de repudio de parte de la población, que percibe que la corrupción ha sido la nota destacada durante los cuatro años de Gobierno.
Como nunca antes, Estados Unidos ha sancionado como «corruptos y antidemocráticos» a cerca de 350 guatemaltrecos, entre funcionarios, diputados y empresarios.