- La Premier League volvió tras el parón internacional y también regresó el Liverpool. Pero no el Liverpool arrollador, vertical y competitivo que la afición espera después de la era Klopp, sino una versión frágil, desconectada y emocionalmente a la deriva.
El 2-1 ante el Nottingham Forest en Anfield no fue un accidente fue la confirmación de una tendencia peligrosa. Los de Arne Slot han ganado solo uno de sus últimos siete partidos de liga, y los otros seis los perdieron. Una cifra demoledora para un club que, hace apenas un año, soñaba con pelear la Premier.
El encuentro ante el Forest, además, tenía todos los ingredientes para simbolizar un punto de inflexión: el regreso de Alisson, la recuperación de varias piezas y el ambiente de Anfield tras el parón.
Pero el guion terminó siendo un déjà vu amargo. Nottingham, igual que en la temporada pasada, volvió a imponerse en territorio red. Volvió a castigar a un Liverpool lento, previsible y sin convicción. Y volvió a sacar rédito de sus pocas oportunidades para abandonar la zona de descenso dejando al Liverpool hundido en la mitad de la tabla.
Un equipo sin identidad
Lo más preocupante para la afición no es la derrota en sí, sino cómo pierde el Liverpool. No se percibe una idea clara. No se nota una estructura reconocible. No se observa evolución.
Con Klopp, incluso en los peores tramos, el Liverpool tenía una base competitiva: presión, ritmo, agresividad en campo rival y transiciones demoledoras. Con Slot, el equipo luce partido, inseguro y excesivamente dependiente de destellos puntuales de Szoboszlai, Díaz o Salah.
El plan neerlandés de control, posesión y elaboración pausada se está diluyendo en errores defensivos, pérdidas fáciles y falta de contundencia en las áreas.
Alisson regresó, sí, pero no fue suficiente. El Forest generó peligro cada vez que encontró espacio entre líneas y el Liverpool volvió a mostrarse endeble a balón parado y vulnerable en los contragolpes.
Seis derrotas en siete partidos: síntomas de una crisis estructural
Este no es un bache pasajero. Los números confirman que el Liverpool atraviesa un problema profundo:
6 derrotas en los últimos 7 partidos de Premier Ha perdido cohesión defensiva: recibe goles con muy pocos disparos en contra. El mediocampo no domina, no presiona y no sostiene. La delantera genera menos y finaliza peor
La salida de piezas clave en verano y el cambio de modelo están pasando factura. Slot está tratando de construir un equipo más asociativo, pero la plantilla, por perfiles, está hecha para un fútbol más vertical y agresivo.
