Los ecos de la victoria con un pésimo juego en Las Palmas todavía resuenan en el Real Madrid. Zinedine Zidane ha cambiado totalmente su discurso desde esa noche, algo que ya empezó a hacer el día de la derrota en el derbi madrileño ante el Atlético de Madrid. Aquella tarde, el técnico francés tuvo que soportar un tremebundo enfado del Santiago Bernabéu con los suyos, sobre todo con algunos jugadores y con su presidente. Apenas le salpicó a él, quien todavía es alguien recién llegado e incluso puede que ‘de paso’ para buena parte de la afición, pero Zizou sabe perfectamente que el rumbo del equipo acabará por pasarle factura si no actúa.
Por eso, la imagen ofrecida en Gran Canaria le dejó aún más molesto con una plantilla por la que cree que ha hecho mucho desde que llegó. Practicando un discurso amable, siendo cercano a los jugadores y brindándoles todo su apoyo. No sólo no criticó en público sino que además les animó cuando empataron contra el Betis o el Málaga. Pero después de dos meses de esfuerzos, pensaba estar a otro nivel a estas alturas. No se esperaba esto. Por eso está algo decepcionado con sus jugadores.
Según ha contado esta semana el diario MARCA, la reacción de Zidane después del partido ante Las Palmas, siendo duro en sala de prensa («así no vamos a ningún lado») y su reacción posterior con los futbolistas, siendo más frío y distante, ha sorprendido al vestuario. Insinuaciones que no vienen nada bien cuando estamos a punto de saber qué equipo tocará a los blancos en el sorteo de cuartos de final de la Champions League y a dos semanas delClásico en el Camp Nou, que si bien no arreglará nada en el plano liguero sí podría hacer saltar por los aires toda la estabilidad del club si el Barça ‘se ensaña’ con un conjunto merengue que fuera de casa ha demostrado tener más que problemas.
No obstante, lo que los futbolistas tienen claro es que no dejarán que el Barcelona les humille. Por orgullo personal plantarán cara en ‘Camp Barça’, estén como estén las cosas en el vestuario y con su entrenador.