El director argentino Pablo Agüero presentó este sábado su candidatura a la Concha de Oro del Festival de cine de San Sebastián con «Akelarre», un crítico relato sobre las cazas de brujas, mientras el francés François Ozon emocionó con su romance juvenil «Été 85».
Rodada en la misma región del País Vasco donde se celebra el festival, la cinta de Agüero viaja hasta una remota aldea marinera en 1609 para denunciar la imposición de una moralidad retrógrada mediante el terror y la persecución indiscriminada de las mujeres.
En su historia, Agüero reivindica a «esas mujeres libres e independientes», personificadas en seis adolescentes que tratan de sortear las infundadas acusaciones de brujería formuladas por un delirante juez de la inquisición, interpretado por Alex Brendemühl.
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Imaginación
«La película está concentrada en la aventura y la resistencia de un grupo de chicas» que «resisten con la única arma que tienen, la imaginación, contra ese poder tan desproporcionado», explicó el realizador en rueda de prensa.
La investigación durante diez años de esta temática llevó al director a las memorias del juez inquisidor Pierre de Lancre, quien en 1609 condenó a decenas de mujeres del País Vasco a la hoguera en su obsesionada investigación de la leyenda de los mitos satánicos del aquelarre.
La rica y misteriosa mitología vasca, sus frondosos bosques y salvajes acantilados y una oscura fotografía crean una atmósfera tensa y tétrica que contrasta con la puerilidad y la naturalidad de las seis jóvenes.
Por deseo expreso del director, las chicas son interpretadas por actrices sin apenas experiencia, seleccionadas de un cásting de más de 800 jóvenes por todo el País Vasco.
Solo la protagonista Ana, Amaia Aberasturi, había participado en rodajes anteriormente.
La joven destacó que, aunque la historia transcurre en el siglo XVII, sus valores son «atemporales» y reivindicó esta concepción de las brujas como mujeres libres, valientes e independientes: «ojalá todo el mundo fuera bruja».
El amor veraniego de Ozon
La cinta del realizador de Mendoza, responsable de largometrajes como «Eva no duerme», ganadora de numerosos premios en los Cóndor argentinos, inauguró los pases de las películas que competirán para la Concha de Oro del festival, blindado en esta edición de precauciones frente al virus.
La sección oficial contó también este sábado con «Été 85» (Verano del 85) de François Ozon, una de las varias películas repescadas en San Sebastián de la programación del festival de Cannes que tuvo que ser cancelado por la pandemia.
El reputado director francés, un habitual de este festival y ganador de su máximo galardón en 2012 con «Dans la maison», aborda el amor veraniego entre Alexis (Félix Lefebvre), un tierno e introvertido adolescente de 16 años, y el carismático y alocado David (Benjamin Voisin), dos años mayor.
Basado en el libro «Dance on my grave» del británico Aidan Chambers, Ozon traslada la historia a un pueblo francés, en un escenario bucólico con un sol radiante y la brisa marina donde la pureza del primer amor se verá truncada por el intenso sufrimiento, la rabia y la desesperación.
- La segunda jornada del festival, inaugurado el viernes con «Rifkin’s Festival», en la que Woody Allen rinde homenaje a San Sebastián,
- viene marcada también por la presentación mundial de la serie «Patria» de HBO, un retrato sobre los años de la violencia del grupo separatista ETA.
- En la sección para producciones latinoamericanas Horizontes Latinos, después de la presentación el viernes de «El prófugo» de la argentina Natalia Meta
- se presentó «Visión Nocturna», donde la chilena Carolina Moscoso reflexiona sobre las violaciones, ocho años después de haber sido víctima de una.