Las ‘Alas de México’ podrían prolongar su estancia en Toledo tras su buena acogida

La buena conexión que la obra del escultor mexicano Jorge Marín ‘Alas de México’ está teniendo con los toledanos y los mermados visitantes que a causa del COVID-19 está acogiendo en los últimos meses la ciudad podría propiciar que la escultura, en lugar de levantar el vuelo en abril como estaba previsto, prolongue su estancia.

«Toledo ha hecho muy suyas estas alas, se ha apropiado de ellas», ha indicado la directora de la Fundación Jorge Marín, Elena Catalán, quien destacó que esta obra, desde el pasado 14 de octubre, ha hecho un «maridaje perfecto» con la Puerta de Bisagra, aportándola «alegría y visitantes».

Redes sociales

Y es que, pese a no tener un conteo exacto de las visitas ni de las fotos que ya han protagonizado las alas, la directora de la Fundación ensalza tanto el movimiento que en las redes sociales de la ciudad están generando, como las diferentes formas de acercarse a ellas. «Ha habido hasta una mujer que las ha usado para pedir a Dios que se termine la pandemia«, ha detallado.

«A veces el diálogo entre el presente y el pasado da miedo. Estamos en una puerta histórica, la entrada noble de la ciudad en donde se ha ubicado una obra de arte contemporáneo. Además de maridar a la perfección, la gente usa las alas», ha resaltado Catalán, que ha reparado en como esta obra itinerante tiene un significado cambiante en función del contexto en el que se ubique.

Dada la buena acogida que ha tenido la obra, que ha acrecentado el acercamiento entre México y Toledo, la Fundación se muestra dispuesta a trabajar con la administración local para alargar su estancia en la ciudad, con la intención, además, de poder articular acciones que permitan ir más allá de la «mera apreciación estética» de la escultura.

Actividades

  • Por ello, y si la pandemia da tregua, la Fundación Jorge Marín pretende organizar talleres en las escuelas
  • un concurso de fotografía
  • microconciertos con artistas locales
  • crear puentes de comunicación con las otras 13 alas que de forma permanente el artista exhibe en diferentes continentes
  • así como alumbrar mesas de diálogo y reflexión que, entre otras cuestiones
  • permitan bucear en las posibilidades que brinda la fusión del arte y el espacio público, una combinación que «democratiza el arte».

«Puedo tener un Van Gogh en un almacén pero si nadie lo ve es como si no existiera. Hay que jugar con las obras, que el público las haga suyas, si no, es como si estuvieran muertas», ha aseverado Catalán, que considera que Toledo ha de poner en valor las piezas de arte urbano que alberga, como las tres esculturas de Cristina Iglesias, la de Eduardo Chillida, así como las obras de los artistas toledanos.

Arte para todos

«Es fundamental señalizarlas, aumentar su difusión y ayudar a la gente a entender las obras de estos artistas, que son referentes a nivel mundial«, ha afirmado Catalán, que idea un encuentro entre los estudios del propio Marín, Iglesias y Chillida para hacer una puesta en común de la relación que surge entre los habitantes de una ciudad y una obra de arte cuando ésta conquista el espacio público.

De igual modo, Catalán asegura de que la ciudad está lista para albergar una bienal de arte contemporáneo, que la convierta en un referente a nivel internacional.

«Ojalá las autoridades diseñen planes en este sentido para que Toledo acoja a más artistas contemporáneos que con nuevas propuestas enriquezcan la oferta cultura de la ciudad, que tenga una ebullición y se potencie así su innegable atractivo como destino cultural»