LaRed: Le dio…¡SHUCAQUE!

  • Esto le pasó a la Consuelo Porras cuando oyó que podía quedar fuera

¡Shucaque!

(Dícese de alguien que tiene un gran susto y sufre algo parecido a un desmayo… o quien entra en estado de ansiedad y le da un soponsio…)

Como ya conté con anterioridad, allá en el Nido del volcán, el presi Alejandro Giammattei y su fiel compañero, Miguelito Martínez, decidieron frente a la romántica chimenea un montón de cosas para el país, entre ellas, que doña Cony Porras debía seguir al frente del Ministerio Público (MP) como fiscal general, porque así –concluyeron–, tendremos algunos años de tranquilidad.

Pero como desde entonces ha corrido mucha agua, los gringos han presionado y falta apretar piezas en la comisión de postulación, resulta que a la pareja real se le ocurrió pensar que puede haber otras opciones por si no llega el nombre de la Doña en el listado final que recibirá Giammattei.

Cuando este chisme llegó a Gerona, la Cony se puso como mil demonios y despotricó contra medio mundo.  Me dicen mis fuentes que incluso tiró con fuerza un libro que tenía sobre el escritorio y casi se echa un vidrio, hasta que uno de sus asistentes le dijo: — Eso no va a ocurrir. Cálmese doctora, porque si no, le va a dar un shucaque.

Respiró y contó hasta diez para recuperar el control de sus pensamientos, y pidió que su asistente concretara una cita con el mero mero para el día siguiente, para discutir cara a cara el tema, porque ella sabe que, si don Giammattei quiere, aprieta las tuercas que tiene la alianza oficialista, y aunque sea como zapato con calzador, pero ella entra en la susodicha lista.

Esa noche fue de verdadero terror para la poderosa fiscal general.  Ella misma contó que le costó un montón dormirse y cuando lo hizo, le vinieron sueño tras sueño, que en su conjunto era más bien una pesadilla. 

A mí me dicen que, entre sobresalto y sobresalto, le venían imágenes tenebrosas.  Primero, que la pareja real, le zafaba la varita con los postuladores.  No los aceitaban lo suficiente.  Después, que al no llegar su nombre en la terna al presi, a ella le tocaba decirle quien debía ser su sucesor al frente del MP y, para colmo de males, el nuevo fiscal general se le volteaba al nomás llegar al cargo.

Lo primero que hacía era pedir una investigación en su contra y luego le abrían tantos casos como ella ha mandado a abrir injustamente a los opositores. ¡Como para que no! Se despertó sudando frío y a punto de que le diera el verdadero shucaque.

Menos mal eran solo pesadillas. Se dijo a sí misma al abrir los ojos y luego de darse un pellizco para saber que ya estaba despierta. 

El día transcurrió con mucha ansiedad.  Tuvo al menos tres reuniones con amigos y colaboradores cercanos para diseñar su estrategia para la reunión con la pareja real en su casa de la zona 15, a donde quedó convocada para las 19:30 horas.

Al llegar somataba los tacones al caminar para que comprendieran la seriedad de la cosa.  El saludo fue frío: — ¿Es cierto señor presidente?… está pensando en dejarme en el arranque, porque si es así, quiero recordarle que, así como soy de fiel servidora suya, puedo convertirme en una peligrosa enemiga con todo lo que se.  Si me dejan hundirme, se vienen conmigo!!!  Una amenaza muy fuerte. 

Giammattei, que es de mecha corta, iba a brincar con su respuesta, pero escuchó un susurro de Miguelito en su oreja: — Tranquis, porque de aquí saldremos más fortalecidos y comprometidos. Nada de pleitos.

Increíble pero cierto.  Aquel susurro lo tranquilizó y en vez de despotricar como suele hacerlo cuando lo confrontan, el presi respondió: —No se que le han dicho, pero en esto estamos juntos, además lo que más me conviene a mí es que usted, mi querida doctora, siga en el cargo que con tanta dignidad y mano firme como hasta ahora. 

Aquella respuesta hizo que la tensión bajara y se disipara la posibilidad de que a alguien le diera un shucaque. Entonces Miguelito tomó la batuta y le recriminó con divino modo: — ¿Cómo se le ocurre? No hay necesidad de amenazas.  Nosotros sabemos todo lo que ha hecho para aplacar las aguas contra Alejandro y sabemos de su lealtad.  Todo se va a arreglar como lo hemos planeado desde hace meses.  Todo se ha venido cumpliendo, así que tranquila.

El trago amargo había pasado para ambos lados, pero en el ambiente quedaban muchas preguntas sin respuesta: ¿Cuántas pruebas existen en contra del Señor presidente? ¿Qué pasaría si no la incluían en la lista a pesar de los esfuerzos –cosa que parece más bien remota–? ¿Cuántos en el MP conocen los expedientes que doña Cony ha llevado a un lugar secreto? ¿Qué daño le hizo a la fidelidad de la fiscal general aquella zafada de varita temporal?

Bueno, al menos a ninguno le ha dado, por el momento, el temido shucaque.