LA VOZ DE FRANCO: La cultura en los próximos 4 años

  • Comparto una pregunta: ¿Cómo tratará a la cultura el próximo gobierno? Me devolverán la duda con esta otra: ¿Qué partido y qué presidente gobernarán? Nos vamos entendiendo.

Francisco J. Sandoval

Para el propósito de visualizar las perspectivas de la cultura en esta nación los nombres del partido y el presidente casi que no importan. Usted sabe por qué.

El diagnóstico sobre el punto de partida es este: En Guatemala prevalece el culturicidio, un fenómeno especialmente grave aquí porque este es un país del primer mundo en términos de cultura. Suena duro. Exagero un poco cuando digo que el Estado está matando la cultura. En otro momento daré abundantes pruebas; por ahora regreso al pronóstico. Con leves matices entre uno y otro partido y candidato, este será el tratamiento que el gobierno le dará a la cultura:

  1. Presupuesto de cenicienta: Porque “no importa”, “no produce”, “la cultura no se come”, “son más importantes las carreteras y la salud”; y un largo etcétera de supuestas prioridades. Los recursos asignados a la cultura serán de risa, con el agregado de que allí entra lo que por mandato constitucional se asigna al deporte.
  2. La mezcla de “cultura” y “deportes” va a continuar: Con buena intención, se equivocaron Vinicio Cerezo (presidente) y Elmar René Rojas (el primero de los ministros) al crear un aparato estatal que mezcla áreas que casi nada tienen en común. Cambiar eso supone claridad y decisión, algo que no se ve. Ambas áreas son importantes y deben recibir tratamiento especializado, como sucede en la mayoría de países.
  3. La cultura poco incide en el desarrollo del potencial turístico de la nación: Hablando de criaturas mal concebidas, el Inguat fue otra buena idea pero mal institucionalizada, útil solo para encarecer el producto turístico con un injustificado 10% de impuesto.
  4. Los actores culturales serán satélites sin voz ni voto: Así sucede con los museos, la arqueología, la orquesta sinfónica, el ballet, el teatro, la pintura, la danza y, por el lado popular, con las 200 casas de la cultura disgregadas a lo ancho y alto del país.
  5. Inundación de shaca-shaca, reguetón y cuanto sea simple y vulgar: Los medios tradicionales y los digitales operan bajo la falsa premisa de darle a la gente lo que ella quiere. La ausencia de gusto y criterio (en realidad, la ignorancia) de la cabeza deja y propicia que el comercio y los medios de todo tipo uniformen de mal gusto y vulgaridad cuanto se presenta y difunde. Los alcaldes y gobernadores siguen la misma “onda”.
  6. La lectura solo es un problema para los quijotes: No se considera pasaporte para el cultivo de la inteligencia, el criterio y la libertad de pensamiento. Leer no es “productivo” y si algo hay que leer véanlo en whatsapp, Facebook, las redes y el celular. Agárrense de los pelos porque los ciegos han tomado el timón del mundo.
  7. La civilización y la cultura maya, ¿existe?: Mientras National Geographic da cuenta a cada poco de los enormes alcances civilizatorios de los mayas (en tiempos en que en Europa quemaban brujas) los gobiernos no generan orgullo nacional basado en la herencia de infinidad de logros. Tikal seguirá siendo bonita para la selfi de turistas.
  8. Los museos podrían tener por sede una carpa: Lo de una red de museos bien organizados, al servicio de los estudiantes y el público en general para saciar curiosidades, conocer la naturaleza y el pasado es una quimera sin fundamento y prioridad. Nada tenemos que aprender de los museos de París, Madrid o Ámsterdam.
  9. Asturias y el premio Nobel son útiles solo para el discurso: Los estudiantes leen las obras de Asturias por obligación y para tener una nota en los exámenes. No vale la pena mostrar su originalidad, las innovaciones estilísticas, su aproximación al arte maya, su labor fundadora del boom latinoamericano, las razones detrás de sus enormes galardones.

Me quedo con nueve razones para que esto no sea catecismo de quejas y desilusiones. He apuntado lo que NO debe ser porque antes de escoger nuestro camino es saludable establecer por dónde no debemos caminar…

Me encantaría recibir la sorpresa de que el futuro gobierno demuestre que la brújula cultural irá 180 grados opuesto a lo aquí anotado.