La pandemia despierta solidaridad ante creciente necesidad

Por Alejandra Arriola

Desde que la pandemia del coronavirus irrumpió en el país ha afectado a más de 10 mil personas, quienes han sido contagiadas por el virus. Pero no solo la salud de estos guatemaltecos ha sido vulnerada, ya que, con el cierre de las actividades económicas y el desempleo, muchos han sido obligados a salir a las calles a pedir alimentos.

En medio de esta situación en algunos se despierta su lado más solidario y brindan su apoyo a aquellos que lo necesitan implementando nuevos proyectos o redireccionando los que ya tenían. Abuelitos Heladeros, Dejando Huella en San Arturo y Latiendo Juntos en Familia son solo tres ejemplos del voluntariado que se mueve en nuestro país.

Abuelitos heladeros

Abuelitos Heladeros es una iniciativa de María Isabel Grajeda, quien apoya a 11 heladeros, todos adultos mayores, de entre 55 y 80 años, cuyas ventas colapsaron. “A pesar de su avanzada edad muchos de ellos siguen siendo el soporte de su familia y por lo tanto necesitan vender sus productos”, explica.

A mediados de mayo Grajeda se enteró de que estos trabajadores continuaban haciendo sus recorridos, pero no vendían nada. La historia de don Pedro, de 75 años y con discapacidades físicas desde que fue atropellado por un conductor ebrio, fue su inspiración para pensar cómo ayudarlos.

La solución la encontró en vender los helados a domicilio empleando como herramienta de mercadeo Facebook e Instagram. Ella y un equipo de mensajeros hacen las entregas a domicilio para que los “abuelitos” puedan quedarse en sus casas,  pues todos son ciudadanos en riesgo.

Además de las ventas, Grajeda, por medio de donaciones, les ha conseguido víveres, colchones y ecofiltros.  

Para colaborar con la iniciativa pueden hacer sus pedidos en su cuenta de Instagram, donde se encuentran como Abuelitosheladeros o escribirles a través de su página de Facebook con el mismo nombre. Para las donaciones la cuenta del banco Industrial que está habilitada es 1850020080.

Dejando huella en San Arturo

Dejando huella en San Arturo fue fundada en el 2018 con el objetivo de enseñarles a leer y escribir a un grupo de 45 mujeres y niños del caserío San Arturo (Fraijanes), pero con la crisis de la pandemia los esfuerzos se redirigieron a suplir necesidades prioritarias.

“Muchas de las familias viven al día, y con las restricciones que se anunciaron, se quedaron sin una fuente de ingresos. Esta fue la razón principal por la que organizamos colectas”, explica Damaris Mejía, coordinadora del proyecto.

“Si tienen alguna duda o quieren conocernos nos pueden contactar por medio de Facebook en nuestra página Dejando huella en San Arturo, donde siempre estamos abiertos a las sugerencias o críticas”, dice Mejía.

Con lo recaudado lograron primero, entregar una bolsa con productos de la canasta básica, y luego pollo, a 25 familias. “Se les dio a las personas más necesitadas, a las que no tenían un ingreso en la casa”, cuenta Dora de Concua, quien reside en la comunidad y se encargó de evaluar las necesidades de sus vecinos.

En el futuro esperan seguir con la educación de sus beneficiarios y plantear un plan de becas escolares, aunque en este momento solo buscan los recursos para lograrlo.

Si usted quiere colaborar con esta causa tienen habilitada dos cuentas, una en el Banrural  (3206116839) y otra en el Industrial (8070005379).

Latiendo Juntos en Familia

Latiendo Juntos en Familia es un proyecto fundado en enero del 2019 como parte de la Asociación la Familia Importa para apoyar a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, que luego pasó a colaborar con la Casa del Alfarero para brindar ayuda a familias de la comunidad del relleno sanitario de la zona 3 y a quienes viven en el Corredor seco, Chiquimula.

Hasta el momento han entregado a 300 familias canastas con frijol, azúcar, arroz, aceite, sal, Incaparina y pollo. Su objetivo es ayudar a otras 200 que la asociación Casa del Alfarero identificó en el área.

“Nuestra ayuda es solo un granito de arena en estos momentos de calamidad, pero creemos que ayudamos a fortalecer a las familias, a que sientan un poco de alivio, que sepan que no están solos, que con nuestra contribución y nuestras oraciones saldrán adelante”, explica Diego Fernández-Townson, vocero de la iniciativa.

El proyecto acepta donaciones a través de la cuenta 0920003043 del Banco Industrial. Su página de Facebook, Latiendo Juntos, brinda más información acerca del programa.