O… de qué manera se cocinan los «cambios» en la alianza oficialista
(¡Choteados! : Dícese de persona que se dan color por algo; que queda marcado porque hicieron una chorreada o porque los agarraron en su jugada)
Crispino Picón Rojas
Nadie debía enterarse, porque se tramó todo en el más íntimo –y hasta romántico– secreto, en el lugar perfecto y con toda la discreción del caso. Solo debían enterarse los implicados directamente y los que participaron en esta nueva trama, que tiene baboseados a muchos guatemaltecos hasta el momento.
El lugar: el nido del volcán de Agua, esa linda mansión campestre en donde se refugian para descansar el presi Alejandro Giammattei y su fiel escudero y compañero, Miguelito Martínez. Por la importancia del tema que querían resolver, había un tercer personaje aquella noche. El asesor de estrategias, el panameño Poll Anria, quien conoce la forma de pensar y de actuar de la pareja, pero también ha estudiado el entorno presidencial y las reacciones de la sociedad guatemalteca.
El tema: Como lavarle la cara a la dócil –pero agresiva a la vez– fiscal general Consuelo Porras, para poderla reelegir sin provocar una tormenta.
Lo que no sabían, es que en guatelinda no se puede guardar ningún secreto, y así pude enterarme de todo lo hablado, lo que pretenden y como se irán dando las cosas. Ya verán. Es patético, pero mucho me temo que estos tres bandidos nos tienen tomada la medida a los chapines, que hemos caído en un momento en que no se pasa más allá de los gritos y protestas… pero en las redes sociales.
Pues bien, en ese acogedor entorno se convino que lo más importante es vender la imagen de la Cony como una especie de Superchica de la justicia que ella lucha contra el crimen y, quienes la critican, es porque son de izquierda y quieren ver el país en un caos.
Pero aún hacían falta algunas piezas importantes, la primera de ellas, encontrar a la persona indicada para que la presentara como que si fuera una Juana de Arcoa la Tortrix.
Los tres le dieron vuelta al asunto y no daban con la tecla. Pero en eso llamó por el celular directo Manuelito Espina, quien hablaba para ver como iba la programación del Día de la Familia y celebración del cumple de Giammattei.
Con speaker abierto, los cuatro hablaron sobre el tema, hasta que llegaron a la lista de los invitados especiales para promocionar el fiestón, al que quieren darle un tinte religioso, para ganar la simpatía de los evangélicos. — ¿Y por qué no un pastor que la elogie?, dice Miguelito.
El panameño Anria, vivo que es, les dice que lo mejor es que alguien de afuera venga y le eche un montón de flores, para que se lo traguen todos los ingenuos. Entonces sale el nombre del exevangelista y John C. Maxwell, ahora convertido en autor de libros motivacionales y promotor nada menos que de funcionarios corruptos.
¿Qué qué? Me dije yo cuando me indicaron lo que se había discutido: el pago a Maxwell a cambio de elogios públicos a la fiscal general, a quien Estados Unidos ha calificado de corrupta y antidemocrática.
No lo podía creer. Busqué en Wikipedia sobre este misterioso personaje y qué creen: encontré lo siguiente (esto es textual): Actualmente (Maxwell) demuestra su liderazgo, recibiendo pagos por dar excelentes referencias de funcionarios públicos, incluso de políticos envueltos en escándalos de corrupción en distintos países. Pertenece al grupo político-religioso «The Family» y recibe financiamiento de lobbies vinculados al republicanismo estadounidense para promover figuras políticas.
No crean que es cuento mío. Los invito a que vean su referencia en: https://es.wikipedia.org/wiki/John_C._Maxwel .
Por eso ya no me extrañó cuando unos días después veo al exevangelista y motivador, diciendo: Consuelo Porras es una rockstar, es una de las líderes más importantes del mundo que he conocido.
Que chequesote habrá recibido para elevarla a nivel de lidereza mundial.
Aquella terminó siendo una velada romántica, con buen vino, la chimenea encendida y con la tranquilidad de que no habrá sobresaltos en la elección de fiscal general. — La Cony llegará sin problemas en el listado, porque ya están aceitados los decanos que necesitamos para que la incluyan y si no hay contratiempos, yo podré confirmarla para que siga barriendo con todos los anticorrupción izquierdistas y losers.
Así se cocina el arroz en Guatemala. Ah, se me olvidaba: También se decidió que habrá un PDH a su medida… la de ellos, pués.
Al menos, han quedado ¡choteados!