La moda en curva ascendente: cuanto más grande más bonito

Durante años, las imágenes de mujeres imposiblemente delgadas, hermosas, de piel perfecta han acaparado las páginas de las revistas de moda, las publicidades y las pantallas de televisión.

Hoy, la modelo británica Iskra Lawrence lucha contra los inalcanzables estándares de belleza en el mundo de la moda, usando su poder en las redes sociales, que alimentan la diversidad.

Es una de las crecientes modelos de talla grande que han alcanzado la fama y se han convertido en «activistas del cuerpo», promoviendo la salud y el bienestar. También se niega a permitir que los clientes alteren digitalmente sus imágenes.

«Todo el concepto de Photoshop es una ilusión», dijo Lawrence a la AFP en un raro momento de calma antes de subir a un avión para su enésima sesión de fotos, esta vez en una playa desierta de Islandia.

«No son fallas. Son parte de tu cuerpo. Simplemente fuimos convencidos por la sociedad y por los medios de que había algo errado en ellas», dice.

En Gran Bretaña, cerca del 57% de las mujeres tiene un índice de masa corporal por encima del promedio. En Estados Unidos ese porcentaje sube a 62%. El talle promedio de una mujer estadounidense es 14-16 (46-48 europeo).

Lawrence está entre los talles 10 y 12 (42-44), pero durante años le dijeron que era demasiado gorda para ser modelo. En las pasarelas, es común que las modelos que desfilan sean talla cero.

Pero se vislumbran cambios en el horizonte. Ashley Graham, que el año pasado se convirtió en la primera «modelo con curvas» en la portada de la famosa edición anual de trajes de baño de la revista «Sports Illustrated», está en la cima de la popularidad.

– «No es necesario ser perfecta» –

Graham fue la primera modelo de talla grande en desfilar en febrero pasado para Michael Kors en la Semana de la Moda de Nueva York.

Esta temporada, fue la anfitriona de una velada de premios de la moda y el domingo de noche volvió a desfilar para Prabal Gurung en un desfile con Gigi Hadad.

No son solo las modelos. La cultura popular se ha llenado súbitamente de chicas orgullosas de sus curvas, desde la cantante Adele y Beyoncé a las comediantes Amy Schumer y Melissa McCarthy, o la estrella del tenis Serena Williams.

Tras repetidos escándalos sobre anorexia, los holdings franceses LVHM y Kering, propietarios de decenas de marcas de moda, desde Christian Dior a Saint Laurent, prometieron hace pocos días prohibir las modelos de talla cero de sus desfiles y publicidades.

Actualmente basada en Nueva York, Lawrence se sube a un avión varias veces por semana, ha protagonizado campañas para American Eagle y su línea de lencería Aerie, y tiene casi cuatro millones de seguidores en Instagram.

Cuenta que hace seis años un agente de Londres se le rió en la cara y le dijo que nunca podría trabajar en Nueva York.

«Eso dolió», recuerda. Desde entonces, ha trabajado para JAG Models, una agencia creada en 2013 para representar a modelos con curvas, ha participado en la Semana de la Moda de Nueva York y ha tenido un enorme cartel de ella en Times Square, sin retoques.

«Ver esas imágenes crudas y reales realmente ayuda a las personas a entender que no necesitan ser perfectas y que son suficientemente buenas de la manera que son», dice.

Lawrence también ha llevado su mensaje a escuelas británicas y universidades estadounidenses para promover una buena salud mental y física.

Al menos 30 millones de personas de todas las edades y géneros sufren de un desorden alimentario en Estados Unidos, según la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Desórdenes Asociados.

– Una transformación definitiva –

«Cada día recibo en las redes sociales estos mensajes de jóvenes diciendo que salvé sus vidas de desórdenes alimenticios o de pensamientos suicidas. Es un movimiento maravilloso, positivo», señala Lawrence.

Pero aunque ver a modelos más llenitas es más normal que antes, aún es raro, sobre todo en la alta costura, donde pocas marcas prestigiosas ofrecen vestimentas para el mercado de talla grande.

«Aún falta tanto camino por recorrer. Mucha gente no quiere una ‘chica gorda’ en el show», dice Jaclyn Sarka, que co-fundó JAG Models en 2013, reconociendo una necesidad de representar a mujeres hermosas de todos los tamaños. Hoy representan a unas 65 modelos, la mayor de ellas un talle 20 (52).

Lynne Webber, gerenta de Marina Rinaldi, una marca líder en el mercado de lujo de talle grande y parte del grupo de moda Max Mara, está de acuerdo.

«Creo que hay definitivamente un proceso de transformación», indica.

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