El argentino escribe una nueva página de su leyenda como futbolista
No hubo lugar para las sorpresas en Zúrich. El guión que venía escribiéndose desde hace ya muchos meses tuvo el final que todo el mundo preveía: Leo Messi ya tiene en su poder el quinto Balón de Oro. El crack argentino del Barcelona ha escrito una página más de una leyenda como futbolista que parece tener su punto y final todavía muy lejos. Si el cuarto galardón ya le situaba un paso por delante de Cruyff, Van Basten y Platini, el trío que acumulaba los únicos tripletes de este trofeo hasta que se les sumó Cristiano Ronaldo el año pasado, este nuevo título empieza realmente a agigantar las distancias.
El 2015 fue un año del todo espectacular para Messi. El Barça sumó el segundo triplete de Liga, Copa y Champions de su historia en gran parte de su mano. El tridente que forma en la punta de ataque con Neymar y Luis Suárez es sencillamente demoledor. A su lado, el argentino brilla aún más si cabe. Con todo, es en las acciones personales donde deja su auténtico sello de grandeza. Ahí están tanto el segundo gol que le marcó al Bayern de Múnich en las semifinales de la Champions, con Boateng cayendo directamente al suelo tras su regate, o el tanto que abrió la victoria en la final de Copa del Rey ante el Athletic, uno de los más bonitos del año, para demostrarlo.
Técnicos y ex compañeros de Messi en el vestuario azulgrana no se cansan de decirlo: esto va a durar hasta cuando Messi quiera. Tras un paréntesis de dos años, en los que el dorado esférico fue a parar a manos de Cristiano Ronaldo, el argentino ha regresado dispuesto a quedarse de nuevo con el trono de mejor jugador del mundo. El quinto Balón de Oro parece que será sólo un nuevo principio.
«Es un momento muy especial para mí, después de ver dos años desde ahí como Cristiano lo ganaba. Es increíble que sea el quinto. Es mucho más de lo que imaginaba o soñaba cuando era chiquito. Quiero agradecérselo a los que me votaron, a mis compañeros, como siempre digo, sin ellos todo esto no sería posible, y por último al fútbol en general, por todo lo que me hizo vivir, tanto lo bueno como lo malo. Me hizo crecer y aprender sobre la vida», desgranó el argentino en su breve discurso.