La Esquina: El calvario de los migrantes y México

  • Cientos de connacionales son secuestrados, maltratados y hasta asesinados en territorio mexicano durante su recorrido hacia EEUU y poco o nada se hace para protegerlos o investigar casos.

Los presidentes Manuel López Obrador y Bernardo Arévalo se reunirán el 17 de mayo en algún lugar fronterizo entre México y Guatemala, con el fin de estrechar las relaciones entre ambos países y abordar diversos temas, principalmente los relacionados a seguridad y el paso de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

En materia de seguridad, se sabe que desde hace décadas se han desarrollado en la zona grandes estructuras criminales que se dedican al tráfico de drogas, la trata de personas y el contrabando –principalmente–, delitos que para ser combatidos requieren de acciones conjuntas muy decididas si verdaderamente se piensa enfrentarlos.

Por otro lado, está el siempre latente y complejo tema de los migrantes que van de sur a norte, el cual tiene aristas humanas qué atender por parte de todos los países involucrados, respetando los derechos de aquellas personas que, por necesidad, buscan encontrar un mejor lugar que su tierra para lograr la superación económica y social.

El flujo migratorio hacia Estados Unidos no se detiene fácilmente.  En primer lugar, porque hacen falta grandes esfuerzos, inversiones y sostenibilidad, para lograr que paulatinamente disminuya el interés de cientos de miles de personas de México, Centroamérica y otros países latinoamericanos, por llegar a territorio estadounidense, en donde esperan encontrar empleos mejor remunerados y educación para sus núcleos familiares, cuando los logran integrar en aquel país.

Expertos en el tema migratorio dan cuenta de que, en los últimos años, se ha visto una peligrosa transformación en las estructuras de coyotaje, ya que estas han sido infiltradas o tomadas por los cárteles de la droga que operan en México y dominan amplios territorios, precisamente en la región fronteriza.

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De esa cuenta es que en los últimos años se ha visto que ha ido en aumento el peligro para los migrantes cuando llegan a la región fronteriza entre México y Estados Unidos y se han convertido en víctimas de estas estructuras criminales, que pueden o no operar de común acuerdo con los llamados coyotes, que ya no tienen control sobre la seguridad de quienes contratan sus servicios, a pesar del elevado costo que tiene la compra de un traslado de esta naturaleza.

El secuestro o asesinato de migrantes se ha vuelto una práctica común en territorio mexicano y son cientos los guatemaltecos que se ven afectados.  Lo peor de todo, es que muchas veces estas acciones ocurren al amparo de las autoridades mexicanas, coludidas con los cárteles, contrabandistas o traficantes de personas.

El Estado de Guatemala debe trabajar para disminuir el flujo migratorio –misión de largo plazo– y velar por la seguridad de quienes siguen intentando ir hacia Estados Unidos cruzando el territorio mexicano.  La reunión presidencial abre las puertas para abordar este delicado pero impostergable tema.