Kavala, mecenas convertido en bestia negra de Erdogan, cumple 1,000 días encarcelado

El empresario y filántropo Osman Kavala, a quien el presidente Recep Tayyip Erdogan acusa de tratar de desestabilizar Turquía, cumplió este lunes 1,000 días en prisión sin haber sido condenado. 

El mecenas turco sigue encarcelado a pesar de una demanda del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (CEDH) de que sea liberado y de haber sido absuelto por un tribunal turco en febrero de la acusación de «intento de derrocamiento del gobierno».

En un comunicado publicado este lunes, Kaval denunció la aplicación de un sistema tendiente a:

«mantener en prisión a las personas que se estima necesario castigar, más allá de los hechos establecidos respecto de sus actividades«.

A pesar de la «instrumentalización de la justicia en los casos con motivaciones políticas», Kavala dijo «no perder las esperanzas».

Proceso

Estados Unidos también instó a Ankara a:

«Respetar sus compromisos en favor de la justicia y del Estado de Derecho y poner a Kavala en libertad, garantizando una resolución rápida, transparente y justa«.

Kavala fue procesado inicialmente por haber apoyado las manifestaciones antigubernamentales de 2013 (conocidas como movimiento de Gezi) contra Erdogan, entonces primer ministro.

A pesar de su absolución en febrero, no pudo salir de la cárcel porque fue detenido inmediatamente por otra investigación relacionada con el intento de golpe de Estado contra Erdogan en 2016. 

Sus seguidores lanzaron una campaña en las redes sociales con la etiqueta «Liberen a Osman Kavala».

Su abogado, Ilkan Koyuncu, aseguró el sábado que no hay «ninguna prueba» que sustente los cargos contra su cliente. 

Kavala es conocido por su apoyo

  • A los proyectos culturales en favor del diálogo y de la paz, centrados sobre todo en los derechos de las minorías
  • El tema kurdo y la reconciliación turco-armenia.

Temas difíciles  

Kavala nació en 1957 en París y estudió economía en la universidad de Manchester antes de ponerse al frente de la empresa familiar después de la muerte de su padre en 1982. 

Pero con el tiempo se dedicó a la edición, el arte y la cultura.

En 1982 lanzó la editorial Iletisim, actualmente una de las más prestigiosas del país, para publicar libros y revistas dedicados a la democratización de Turquía.

Permitir a la sociedad turca debatir temas complicados, como el genocidio armenio, a través de proyectos culturales, es una de las misiones de Anadolu Kültür, una fundación que creó en 2002.

Humilde, pero terco; cortés, pero directo; estricto pero nunca condescendiente: así es como lo describen las personas que lo conocen.

«No sé cuántas veces he cargado sillas con él durante los preparativos para una inauguración», dice Asena Günal, directora de Anadolu Kültür.

Para acoger las exposiciones, Osman Kavala transformó un antiguo almacén de tabaco que heredó en un centro cultural, llamado Depo. 

«Nunca le he visto rechazar a nadie que viniera con una idea interesante, ya fuera un proyecto literario o cinematográfico», cuenta Günal.

«Multimillonario rojo»

Su encarcelamiento lo ha convertido en un símbolo de la represión contra la sociedad civil en Turquía, que se ha acentuado desde el fallido golpe de Estado de 2016, seguido de purgas masivas.

Sus colaboradores dicen que Kavala trabajó por una «Turquía mejor», sin discriminación, en un momento en el que la sociedad turca sigue muy polarizada sobre temas candentes como el laicismo o la situación de los kurdos.

«Creo que Osman siempre supo apreciar el valor de las iniciativas civiles por el bien común», afirma Emma Sinclair-Webb, de la oenegé Human Rights Watch. «Es la última persona que podría apoyar un golpe de Estado», insiste. 

La decisión de Osman Kavala de dedicarse a temas espinosos en lugar de disfrutar de una vida acomodada lo ha convertido en un perfil atípico que alimenta teorías conspirativas.

La prensa turca progubernamental lo apodó «el multimillonario rojo», comparándolo con el estadounidense de origen húngaro George Soros, bestia negra de varios dirigentes autoritarios en el mundo.

El presidente Erdogan lo atacó varias veces, acusándolo de ser el «representante en Turquía» de Soros y de «financiar a los terroristas». 

Kavala «siempre ha sido extraordinariamente reflexivo y justo», afirma Andrew Gardner, de la oenegé Amnistía Internacional. «Completamente lo contrario de la imagen absurda que se da de él», agrega.