Nombrado investigador especial para el caso
El departamento estadounidense de Justicia nombró este miércoles un investigador especial para analizar las presuntas relaciones entre la campaña presidencial de Donald Trump y Rusia, en un ambiente de creciente crisis política en el país.
En una nota oficial, Trump insistió en su inocencia y expresó su confianza en que una «investigación exhaustiva» mostrará que efectivamente su campaña electoral no tuvo ayuda de ninguna «entidad extranjera».
Desde su investidura, el 20 de enero, Trump busca desesperadamente poner punto final a la controversia por sus eventuales relaciones con Rusia durante la campaña, pero desde entonces el problema no ha cesado de crecer y ahora ya amenaza paralizar su presidencia.
Estas investigaciones se centran en las sospechas de injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado para favorecer a Trump, y la eventual colusión de su comité de campaña con esos esfuerzos.
Este miércoles, el Fiscal General interino, Rod Rosenstein (foto superior), determinó que «es de interés público que ejercite mi autoridad e indique un investigador especial para asumir responsabilidad en este caso», según indicó en una nota oficial.
Para ponerse al frente de esas investigaciones Rosenstein escogió al abogado Robert Mueller, quien fue director del FBI entre 2001 y 2013.
En respuesta, la Casa Blanca emitió una nota oficial de cinco líneas en que Trump dijo esperar «que esta cuestión sea concluida rápidamente».
En el último capítulo de la interminable crisis, pende ahora sobre el presidente la sospecha de haber intentado presionar en febrero al FBI para poner punto final a esta misma investigación, un gesto que de confirmarse constituiría obstrucción de justicia.
– «Tratado injustamente» –
Este miércoles, Trump pronunció un discurso en una promoción de nuevos cadetes de la Guardia Costera, y aunque eludió hacer referencia a la avalancha de denuncias en su contra, dijo que era tratado «injustamente».
«Miren la forma en que he sido tratado recientemente, especialmente por la prensa. Ningún político en la historia, y lo digo con gran seguridad, ha sido tratado peor o más injustamente», dijo el mandatario.
La más reciente y explosiva controversia que envuelve a la Casa Blanca estalló el martes, cuando el diario The New York Times aseguró poseer un memorando interno escrito por el exdirector del FBI, James Comey, después de una conversación con Trump.
De acuerdo con ese memo, Trump le sugirió a Comey que el FBI abandone una investigación que llevaba adelante sobre el asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y sus lazos con funcionarios rusos, un hecho que ya le había costado el despido.
El 9 de mayo el propio Comey fue despedido por el presidente, quien además le advirtió por Twitter que guarde silencio y le sugirió que poseía grabaciones de todas sus conversaciones en la Casa Blanca.
En medio del clima de desconfianza generalizada, las presiones se habían concentrado este miércoles en el Congreso, y especialmente en las bancadas del partido Republicano, que hasta ahora se mantuvieron en silencio.
– El Senado invita a Comey –
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, convocó a una conferencia de prensa donde alegó que el Poder Legislativo tiene que concentrarse en hacer su trabajo.
El Congreso no debe «concentrarse en especulaciones (…) y aquí hay claramente política en juego. Nuestro papel es concentrarnos en los hechos», dijo. «Seguiremos los hechos a cualquier lugar que nos conduzcan», añadió el legislador republicano.
Además, el titular de la Comisión de Supervisión en la Cámara baja, el republicano Jason Chaffetz, ya solicitó formalmente al FBI que envíe al Congreso el memorandum que, según el NYT, fue redactado por Comey.
La comisión de Asuntos de Inteligencia en el Senado envió este miércoles a Comey una carta invitándolo a una audiencia pública y a una privada para que testifique sobre lo ocurrido. El martes, Comey había rechazado una invitación para hablar en una sesión a puertas cerradas.
El vicedirector de esa comisión, el demócrata Mark Warner, dijo este miércoles que «es difícil, para un legislador de cualquier partido, no darse cuenta que esta investigación es el asunto más serio que tenemos en manos hasta el momento».
En tanto, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo que «lo que he visto, es una cantidad de rumores y estoy esperando ver evidencias y pruebas y creo que eso es lo que todos queremos ver; si hay algo allí, muéstrenlo».
Según la Casa Blanca, Trump entrevistará a cuatro personas para ocupar el cargo de director del FBI. Uno de ellos es el actual director interino, Andrew McCabe, y la lista incluye también al ex senador demócrata Joe Lieberman.