Jueves Santo, primero de los «días grandes» de la iglesia cristiana

  • Según la iglesia católica, Jesús instituye la comunión.
  • Iglesias cristianas evangélicas hablan de «la Cena del Señor»

La Semana Santa principia con el Domingo de Ramos (este año 10 de abril) y continúa con los «días santos», aunque las fechas más importantes de la cristiandad principian el Jueves Santo, una fecha marcada por la celebración de Jesús y sus doce apóstoles de lo que se conoce como «la Última Cena del Señor», que se considera la institución del sacramento de la comunión.

El Jueves Santo es una fiesta que, además, está marcada por los acontecimientos que siguieron a la Última Cena, cuando Judas Iscariote entrega a Jesús y principia todo el procedimiento que le llevó a la Cruz al día siguiente.

Los días más importantes de la Semana Santa son los correspondientes al Triduo Pascual, que conmemoran la pasión, muerte y resurrección del Señor. Esta conmemoración comprende desde la tarde del Jueves Santo —cuando concluye la Cuaresma— hasta el Domingo de Resurrección, que es la fecha más grande de la cristiandad.

Es en el Concilio de Nicea I (en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto. En él se establece que la Pascua de Resurrección debe ser celebrada cumpliendo ciertas normas:

  • Que la Pascua se celebrase en domingo.
  • Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se realizaba independientemente del día de la semana (de esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).

No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad.

Finalmente, Dionisio el Exiguo (en el año 525), desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana.

La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de marzo, y se debe calcular empleando la luna llena astronómica. Por ello puede ocurrir no antes del 22 de marzo y el 25 de abril como máximo.

Después de la cena, Jesús y sus apóstoles se retiraron a orar al monte Getsemaní, en donde fue entregado por Judas a los judíos.

En resumen, en este día se dieron los siguientes acontecimientos en el último día de la vida de Jesús:

1. Lavatorio de pies.

2. La Última Cena.

3. Eucaristía o Cena del Señor.

4. Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.

5. Entrega de Jesús y su arresto.

6. Principio de los interrogatorios.

Lo que dice la Biblia

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido.

Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están limpios’.

Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”.