- Entre 2015 y 2019, Guatemala fue ejemplo a nivel mundial de la lucha anticorrupción. Luego llegó el cambio de aires con la salida de la CICIG y cambio de fiscal general, para llegar a la situación de impunidad que impera hoy en el aparato estatal. La última imagen dentro del MP en esa lucha contra las estructuras criminales fue Juan Francisco Sandoval, ahora asilado político en Estados Unidos. Desde allá, habla para los lectores de Crónica.
Desde 2019, los ojos de la comunidad internacional, pero especialmente del Departamento de Justicia y Departamento de Estado de los Estados Unidos se centraron en las autoridades del Ministerio Público (MP), la institución que tiene la responsabilidad de llevar a cabo la persecución penal, porque parecía que existía la intención de detener la lucha anticorrupción en el país.
En septiembre de 2021, EEUU anunció que la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, era incluida en la llamada Lista Engel, por cargos muy fuertes. Así decía el Departamento de Estado en aquella oportunidad:
Estados Unidos ha designado (a la Lista Engel) a la fiscal general de Guatemala, María Consuelo Porras Argueta de Porras, debido a su participación en hechos significativos de corrupción. Durante su gestión, Porras obstruyó y menoscabó en forma reiterada investigaciones contra la corrupción en Guatemala con el propósito de proteger a sus aliados políticos y conseguir favores políticos indebidos. El patrón de actos de obstrucción en los que incurrió Porras presuntamente incluyen dar instrucciones a fiscales del Ministerio Público de Guatemala de que desestimen casos sobre la base de consideraciones políticas y destituyan a fiscales que investigan casos sobre actos de corrupción.
Desde entonces, se han añadido a esa lista de personajes calificados como corruptos y antidemocráticos por el gobierno estadounidense, el fiscal más allegado a Porras, Rafael Curruchiche, quien llego a la Fiscalía Contra la Impunidad (Feci) para sustituir a Juan Francisco Sandoval, y su asistente, la fiscal auxiliar Cinthia Monterroso, quien recientemente ha pedido su traslado para mantener un perfil más bajo.
Al salir de la FECI, Sandoval, se enteró que la intención de la fiscal general era iniciar su persecución penal, razón por la que decidió salir del país y buscó asilo en Estados Unidois, país que le acogió y en las semanas anteriores le ha concedido el asilo formal, lo que impide cualquier esfuerzo del Ministerio Público para lograr su extradición.
En Washingto Sandoval forma parte de un grupo de más de 20 ex operadores de justicia independientes que libraron aquella lucha anticorrupción que tantos elogios tuvo a nivel internacional, pero que en el plano doméstico, el MP los convirtió a todos en fugitivos, por procesos abiertos en su contra con cualquier pretexto judicial.
Sandoval se ha mantenido activo en la denuncia contra las autoridades del MP y específicamente señala a la fiscal Porras como responsable de la falta de acción de la institución para combatir la corrupción, lo que termina favoreciendo a personajes corruptos de la actual y anteriores administraciones.
Sobre todos estos temas ha conversado Sandoval con Crónica, en una entrevista en la que no duda en señalar a Porras como la principal responsable en la cadena de obstrucción a la justicia que se ha dado en el país durante los últimos años. A continuación, la parte más relevante de esta entrevista.
Lleva poco más de dos años fuera de Guatemala. Salió para asegurar su libertad. ¿Es dura la vida del exilio?: Sali a afecto de preservar mi vida, porque las investigaciones involucraron no solo a políticos, empresarios de alto poder, sino estructuras con alto poder de fuego, narcotráfico, y grupos con capacidad para llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales.
En segundo término, avizoraba la persecución ilegitima provocada por la fiscal general Consuelo Porras, esa de la que somos víctimas muchos de quienes trabajamos en el sistema anticorrupción dentro del Ministerio Público.
Lograron arrancarme una parte de mi vida, un duelo permanente, pero eso no me impide prepararme para seguir adelante.
¿Por qué cree que la fiscal general, Consuelo Porras le retiró del cargo al frente de la Fiscalía Contra la Impunidad (FECI)?: Porque era un fiscal incómodo para ella y para el poder. A pesar de la salida de la CICIG, la capacidad humana instalada en la Fiscalía Contra la Impunidad en aquel entonces permitió continuar operando e investigando casos que evidenciaban la captura del Estado por estructuras criminales o funcionarios corruptos.
¿Cuántas denuncias en su contra se han montado por parte del MP y la Fundación Contra el Terrorismo tras por su salida?: Mas de cien, se han girado seis órdenes de captura y han intentado gestionar mi extradición desde Estados Unidos.
¿Qué le parece que, desde su salida, ningún caso sonado de corrupción se ha destapado en el país… es que ya no hay corrupción, de repente?: Es todo lo contrario. La corrupción es hoy la “norma estatal”, porque no hay organismos de fiscalización. Eso se ve que está siendo potencializado por el componente de impunidad que brinda Consuelo Porras, quien ha sido muy eficiente… ¡para los corruptos!
Hay algunos casos paradigmáticos que se investigaban bajo se gestión y que fueron del conocimiento público. Hablemos de ellos. ¿Había suficientes elementos como para abrir una investigación por el caso de la trama rusa? ¿Es cierto que hay un testigo de la reunión de los rusos con Giammattei y que ahora está fuera de Guatemala?: El MP tiene obligación de abrir una investigación cuando tiene conocimiento de un hecho delictivo por cualquier vía fehaciente –confiable–. Es una obligación que deviene del ejercicio de la acción penal pública que le corresponde realizar de oficio a dicha institución y en nuestro caso era la FECI.
En efecto, en ese caso que menciona, recién iniciábamos las investigaciones con la información que teníamos, pero la intención que tuvo la fiscal general Consuelo Porras, fue proteger al presidente de la República.
El otro es el de los “aportes” de constructores a la campaña del presidente Giammattei a cambio de obras durante su gestión. Lo denunció El Faro de El Salvador. ¿Llegaron indicios de esto a la FECI?: Logramos establecer las constructoras, proyectos, montos e involucrados, pero la información la obtuvimos apenas un mes antes de mi salida, y fue una de las motivaciones para que Consuelo Porras procediera con mi destitución.
¿Hubo algún tipo de intervención de la fiscal general Consuelo Porras para que no avanzaran ciertos casos?… ¿Es cierto que ella se apersonó en la FECI para controlar la labor de la fiscalía a su cargo?: Muchísima intervención y puedo mencionarle casos como los de Tigo, Une, Unionista. En Odebrecht –uno de los entramados más complejos y de repercusión internacional– no permitió que avanzáramos en el involucramiento de los diputados como receptores de sobornos. Es más, con dejar sin efecto los convenios de colaboración que logramos nosotros, ella (Porras) lo que busca es impunidad para Alejandro Sinibaldi y Manuel Baldizón.
De la misma manera, ocurrió en casos como Comisiones Paralelas 2014 y 2020 y en tantísimos casos en los que, lejos de defender el trabajo honesto, se dedicó a desmantelar y entorpecer las investigaciones.
El @Pontifex describiendo a Consuelo Porras y sus adláteres. Cómo corrupta es más difícil la redención, por su hipocresía y ficciones convertidas en hábito. https://t.co/O26yWu6WrN
— Juan Francisco Sandoval (@JSandoval1982) October 1, 2023
¿Diría que el sistema de justicia responde a intereses del poder político y que ha perdido su independencia?: Eso reflejaron nuestras investigaciones de manipulación en los procesos de selección de altas cortes, el nombramiento y renombramiento de Consuelo Porras como fiscal general. No hay duda de ello.
Uno de los casos más sonados, fue la localización de Q123 millones en efectivo en una casa en Antigua, vinculado ese dinero y residencia al exministro Benito. Poco se dice ahora de ese caso que, en su momento, fue emblemático del nivel de corrupción… ¿Por qué no ha avanzado ese caso y ahora se habla tan poco de él?: Tiene que ver con las preguntas anteriores. Lo que habíamos logrado ir descubriendo es que parte de los fondos ubicados en Antigua Guatemala, correspondían a sobornos de constructoras para Alejandro Giammattei. Por eso es un caso muy delicado para ella.
¿Por qué cree que se persigue a tantos exoperadores de justicia, todos con el común denominador de haber investigado o juzgado casos de corrupción del pasado?: Porque además del afán de venganza, buscan dejar el mensaje de que es imposible investigar corrupción, que quien se atreva va a sufrir las consecuencias que nosotros nos encontramos sufriendo.
¿Es posible que una fiscalía como la FECI se pudiera transformar en “tapadera” de la corrupción en vez de perseguirla?: Se ha convertido en el instrumento de persecución penal ilegitima con prueba implantada, casos ficticios que únicamente buscan estigmatizar a quienes revelamos la captura estatal. Todos los casos de gran corrupción se han caído, porque buscan proteger a actores corruptos.
Sobre el presente y el acoso al proceso electoral y al partido Semilla de parte de la FECI. ¿Está dentro de su campo de acción emprender acciones dentro del ámbito electoral? ¿Quién decide hacia donde hay que enfocar el actuar: la fiscal general o el fiscal Curruchiche?: Es la fiscal general quien dirige desde dentro del MP, no solo la FECI persigue en forma ilegitima, lo hace Electorales, Administrativos, Asuntos Internos. Consuelo Porras afirmaba hace meses que nada de lo que hace el MP se hace sin autorización de ella.
Usted tiene un enemigo en la Fundación Contra el Terrorismo… ¿Por qué?: Porque es la persona jurídica que criminaliza, estigmatiza y coadyuva en la persecución penal ilegitima que ejecuta Consuelo Porras. Yo ni conozco a los desagradables Méndez Ruin y Falla, pero si a otros de los integrantes, como Moisés Galindo que participó en el desfalco en 2001 del Ministerio de la Defensa y para él es imperdonable que lo hayamos descubierto. Pero es interesante, hay que ver quién está detrás de Fundaterror y ahí obtendremos la respuesta del desmantelamiento del sistema anticorrupción que se ha dado en Guatemala.
Esa Fundación actúa como brazo del MP y dicen que intimida a jueces y fiscales… dicen que actúa igual que lo hacía la CICIG. ¿Hay comparación?: ¡Jamas”. La CICIG y el MP de ese entonces desnudámos la corrupción estatal con sustento probatorio. Lo que hace Consuelo Porras y Fundaterror es criminal, que raya en el realismo mágico, han desmantelado los esfuerzos anticorrupción.
Para terminar: ¡Piensa volver algún día a Guatemala o ahora con la calidad de asilado en Estados Unidos, piensa hacer una nueva vida allá? Pienso seguir luchando por mi Patria desde fuera, hasta que se garantice mi vida y se desmonte el sistema de impunidad y cese la persecución.Buscaré hacer una nueva vida, pero es muy complicado. Estoy aprovechando el tiempo, preparándome para el presente y futuro en la realidad de mi país.