- Murió apenas a los 35 años, pero tuvo una vida intensa que le llevó a incursionar en la política, fue militar e ingeniero. Sin embargo ha trascendido a la historia como el mejor escritor y poeta guatemalteco del siglo XIX. Su vida fue tan intensa como apasionante, y aquí la describimos en este reporte histórico-periodístico sobre José Batres Montúfar.
Cultura Crónica
Era extremadamente culto y sin duda multifacético. Se graduó de ingeniero fue militar, incursionó en la política, pero sobre todo, fue un grandioso escritor y poeta. Además, hablaba inglés, francés y latín. Se dice que era tímido ante las damas, poco afortunado en amores, pero eso sí, muy franco, de ideas independientes y avanzadas, mordaz en su crítica y, por consiguiente, víctima de odios y prevenciones.
Por lo menos así esboza Adrián Recinos a José Batres Montúfar, a quien se le considera el mejor poeta guatemalteco del siglo XIX, y quien con tan solo 35 años dejó un legado que ha trascendido en el tiempo, a pesar de la destrucción parcial de su obra, propiciada por la incomprensión de una sociedad regida por la doble moral.
Nació el 18 de marzo de 1809 en la entonces provincia de San Salvador, perteneciente a Centro América; murió el 9 de julio de 1844 en la Ciudad de Guatemala. En ese breve tiempo la vida, el poeta -de padres guatemaltecos: José Mariano Batres y Asturias y de Mercedes Montúfar y Coronado– estuvo marcada por la tragedia, porque aunque por mucho tiempo gozó de los beneficios de una familia de alcurnia, también experimentó la miseria, la cual se constata fácilmente al revisar su correspondencia, en la que se relata, entre otros pormenores muy interesantes, la necesidad que tuvo su padre, cuando le fabricó a Nela, su hija, un par de zapatos con un forro de paraguas. Otra de las experiencias amargas de Batres Montúfar se lee en las dos últimas estrofas del poema San Juan, en el que narra la muerte de su hermano menor, víctima de la malaria durante un viaje de trabajo a Nicaragua.
Todo esto parece indicar que operaban sobre Batres Montúfar circunstancias de índole diversa que influyeron adversamente en su carácter y lo hicieron proclive a la inadaptación social, a cierta forma peculiar de conducta que propiciaba el que muchos de sus coterráneos vieran en él a un hombre completamente distinto del que en realidad era, cita José Arzú en el libro Batres intimo (Guatemala, 1940).
Pepe Batres era, además, un hombre demasiado culto, demasiado exquisito para poder sobrevivir en un medio cultural, casi de aldea, que lo asfixiaba por completo. Tal vez por eso «la suya es una angustia de alma selecta y el spleen de que se queja y se acusa, a la vez, tiene sus raíces en el desencanto . . . Era incomprendido; así se puede conjeturar por la misma índole de su obra, tan nueva y adelantada para su tiempo, cita David Vela en Literatura Guatemalteca (Guatemala, 1944).
Entre riqueza y pobreza
Trascurrió su infancia, y por ende el tiempo de su formación, entre la gran efervescencia social que propició la Independencia. Más tarde, su familia, presa de la vorágine de las luchas centroamericanas en los tiempos de Francisco Morazán y la República Federal de Centro América, perdió peculio y posición social.
Siendo un joven, y aconsejado por su padre, optó por la carrera militar, fue así como en 1824 ingresó a la Escuela de Cadetes, donde sobresalió en el estudio de las matemáticas; al concluir el curso obtuvo el grado de Oficial de Artillería. En 1826, a los 18 años, tomó parte en la batalla de Milingo, pero fue apresado por los salvadoreños. Estuvo en la cárcel casi un año junto a Miguel García Granados, con quien concretó una entrañable amistad, primero, y luego con María Josefa (Pepita), la hermana del futuro presidente de Guatemala.
Al ser liberado, continuó en el Ejército, aunque con una participación más moderada, ya que comenzó a estudiar ingeniería, carrera de la que se graduó en 1835. Dos años después, partió en una misión exploradora que buscaba hacer un reconocimiento del Río San Juan, en Nicaragua. Centroamérica buscaba, en aquellos años, ofrecer un territorio que sedujera a las autoridades del viejo continente para que invirtieran en estas tierras y construyeran un canal interoceánico. El Río San Juan era un punto de mucho interés, ya que casi partía el Istmo con su extensión. Fue en este lugar donde vio morir a su hermano.
…Tu nombre tenía mi amigo, mi hermano,
sobre él derramaste tu odioso veneno
apenas bebiendo su aliento lozano
el hálito impuro que brota tu seno.
El 13 de mayo de 1839 fue nombrado corregidor del departamento de San Juan Amatitlán. Tres años más tarde, fue electo diputado para la asamblea legislativa por el departamento de San Marcos. La Sociedad Económica de amantes de la patria lo declaró socio asistente el 19 de abril de 1841. Tres años después, fue dado de baja, debido a una enfermedad, la misma que lo llevó a la muerte.
Su obra
Su talento era primordialmente narrativo. . . los mejores pasajes son esos en los que el poeta llega a uno de los nudos de la intriga y allí nos suspende el ánimo con la curiosidad de saber que va a ocurrir cuando los nudos se desaten … Su imaginación imprime movimiento, vida, intenciones, gestos, aun a las cosas inanimadas..., dice de Batres Montúfar, Enrique Anderson Imbert en Historia de la literatura hispanoamericana.
Para otros estudiosos de la obra de Batres Montúfar, su producción poética y sus inigualables obras del género jocoso se valieron de la sátira y la ironía fina para revelarse contra el estamento semicolonial que lo oprimía una personalidad tan crítica como la suya. Escéptico, resentido, burlándose de todo y de todos; pero capaz de llevar rizos de nieta en su portafolio.
Compuso parte de su poesía en octavas reales, al modo de las novelas del italiano Giambattista Casti, a quien admiraba. Además de Casti, se declaraba ávido lector de Lord Byron, cuyo influjo en El reloj es tangible.
Mucha de su obra inédita fue destruida por su familia tras su muerte, preocupada por la polémica que en ellas había. José Martí, quien durante su estancia en Guatemala conoció la obra de Batres Montúfar, lamentó esa pérdida: Lo que religiosas preocupaciones destruyeron fue bueno y mucho, dijo.
Para la escritora Vania Vargas, otra idea estética importante que puede descubrirse en la poesía de Batres es su preocupación por la belleza ideal encarnados en sus personajes grotescos o inmorales, que rompen con el molde de lo armonioso yconsistente. Entonces, una vez en el juego dialéctico, puede descubrirse lo bello en oposición a lo feo y el bien (moral) en oposición al mal (transgresión).
Según Vargas en Yo Pienso en ti, el poema más conocido de Batres Montúfar, que en este se vuelve a sí mismo, a su emoción, sentimientos, etcétera, pero no para buscarse solo a sí mismo, sino que en el descubrimiento de sus propias emociones, ese poema describe la búsqueda del ser objetivo (el otro filosófico-literario con el que encarna diálogo en el poema) y finalmente el develamiento o descubrimiento de un ser absoluto, al que se ha tratado de dar interpretación en la figura de la muerte, la patria, el ser amado y a Dios.
El autor no reniega de la naturaleza pecaminosa del hombre o de su conducción distorsionada en la sociedad, más bien, muestra el cuadro completo del ser humano. Esto, porque de acuerdo con sus ideas estéticas de la época, se pensaba que el arte era expresión de la sociedad, las costumbres y la moral social.
YO PIENSO EN TI
Yo pienso en ti, tú vives en mi mente
sola, fija, sin tregua, a toda hora,
aunque tal vez el rostro diferente
no deje reflejar sobre mi frente
la llama que en silencio me devora.
En mi lóbrega y yerta fantasía
brilla tu imagen apacible y pura,
como el rayo de luz que el sol envía
a través de una bóveda sombría
al roto mármol de una sepultura.
Callado, inerte, en estupor profundo,
mi corazón se embarga y se enajena,
y allá en su centro vibra moribundo
cuando entre el vano estrépito del mundo
la melodía de tu nombre suena.
Sin lucha, sin afán y sin lamento,
sin agitarme en ciego frenesí,
sin proferir un solo, un leve acento,
las largas horas de la noche cuento
y pienso en ti.
SUS OBRAS MÁS FAMOSAS
Entre sus obras más famosas se encuentran aquellas que bajo el título común de Tradiciones de Guatemala, constituyen notables poemas narrativos y satíricos:
Las falsas apariencias
Don Pablo
El relox
Sus obras líricas son los poemas:
Yo pienso en ti
San Juan
El suicidio
Al Volcán de Agua