El primer ministro británico, Boris Johnson, reiteró este martes que la escasez de productos como el combustible en Reino Unido es consecuencia del «despertar gigante» de la economía tras la pandemia de COVID-19, al tiempo que ha insistido en que no existe crisis alguna en las cadenas de distribución.
El ‘premier’ hizo hincapié en esta idea y ha asegurado que la crisis del combustible o la escasez de alimentos son síntomas de la senda económica en la que se encontraba el país para hacer frente a la falta de productividad a largo plazo, los bajos salarios y la escasa inversión en energía e infraestructuras.
«Este Gobierno está haciendo las cosas difíciles y a largo plazo. Culminamos el Brexit, que fue una cosa muy difícil de hacer, y ahora vamos a abordar los grandes asuntos subyacentes a los que se enfrenta Reino Unido», dijo en declaraciones radiofónicas concedidas a la BBC.
De forma paralela, explicó que el Gobierno británico ha pedido al sector del transporte por carretera facilitar el nombre de conductores extranjeros a los que les gustaría ir a Reino Unido, pero por el momento sólo se han presentado 127. «Lo que muestra que la escasez es global», ha indicado, antes de subrayar que esta situación será temporal.
Así, señaló que estas interrupciones son parte de la transición de ofrecer a las personas mejores salarios y condiciones de trabajo, recoge ‘The Guardian’.
El ministros de Finanzas de Reino Unido, Rishi Sunak, afirmó el lunes que el Gobierno británico no tiene «una varita mágica» para hacer que la crisis de distribución de gasolina y alimentos «desaparezca de la noche a la mañana» e insistió, como Johnson en ocasiones anteriores, en que los problemas de suministro son «globales».
Mientras, la crisis de distribución continúa afectando a varios sectores de la economía británica y las autoridades han movilizado al Ejército para facilitar las tareas de la distribución de la gasolina en las estaciones de servicio del país.