Jimmy Morales, entre la espada y la pared por reformas

 

Desde el Ejecutivo una vez más manifestamos nuestro apoyo a las reformas del sector justicia a nivel constitucional, y es más también está respaldada por un presupuesto que se ha presentado para que al momento que la reforma deba llegar a la última instancia que es la población a través de una consulta popular, pueda esta ser realizada.

Esto declaró el presidente Jimmy Morales el 12 de enero, en una de sus pocas intervenciones públicas en las que se ha referido a las reformas constitucionales que, en efecto, apoyó en un inicio, pero luego se ha ido apartando el proceso, hasta llegar al punto actual, en el que no sabe que hacer, porque se encuentra en medio de un torbellino político-social.

Una fuente del Gobierno –que pidió no ser identificada–, dijo que Morales sabe que no puede quedar bien con todos y se encuentra en medio de un camino en el que no sabe para donde tomar, y esa es la razón por la que desde hace meses evita hablar a profundidad sobre el tema.

En efecto, su bancada en el Congreso –FCN-Nación– tampoco se define públicamente, pero corre el peligro de exponerse a la hora de una votación sobre el artículo 203, el que se relaciona directamente con la llamada justicia indígena, que se ha convertido en el centro de los debates.

Si el Presidente y su partido aprueban esta reforma, estarán enfrentando a los sectores conservadores del país y a un grupo grande de población urbana, principalmente en la capital. Si la rechazan, tendrán en contra a las organizaciones indígenas, al MP, la CICIG y la comunidad internacional.

La fuente oficial consultada recuerda que el Presidente no toma decisiones fácilmente, y en este caso es más complicado, por las implicaciones que una u otra decisión traerá consigo.  Sin embargo, dice que en lo personal, ve más inclinado al Presidente por una postura salomónica: que pasen las reformas, pero sin el artículo 203.

La explicación de esta crisis de decisión es bastante sencilla: Morales recibió el proyecto de reformas el año pasado, pero no midió en su momento la dimensión de este controversial artículo, mucho menos el alcance de sus efectos.

Cuando finalmente comprenedió el alcance y confrontación que se generaría era tarde y estaba en medio del torbellino, por lo que ha optado por mantenerse al margen de la polémica, diciendo tibiamente que apoya las reformas, con lo que intenta quedar parcialmente bien con el grupo que las impulsa.

Haber colocado en el Presupuesto el dinero para la Consulta Popular no significa apoyo al proyecto, sino el cumplimiento del compromiso que adquirió.

El problema del Presidente es que el voto de su partido será el que se le endose a él, y una bancada como la de FCN-Nación –integrada principalmente por tránsfugas–, puede ir por intereses en cualquier dirección.