Alarcón ha tenido encontronazos con Ancelotti, Rafa Benítez y Zidane
Isco sorprende. Cuentan los que pisan el día a día del Real que Alarcón es un tipo con dos caras: detrás del gesto amable del malagueño se esconde un futbolista con uno ego enorme, uno de los más grandes del vestuario, que le ha traído y le está trayendo problemas desde que puso un pie en el Real. Y no solo en el club blanco: éstas complicaciones internas se han hecho extensivas a la Roja.
Ya con Ancelotti los aires de grandeza del ex del Málaga toparon con la rectitud de Carletto que terminó harto de los mensajes, gestos, detalles en privado y público que ponían en duda su jerarquía del técnico en la caseta por elegir a James por delante de él. Con Rafa Benítez la situación no mejoró.
Las rabietas de Isco por quedar fuera del once fueron y son un clásico en la caseta hasta la llegada de un Zidane con el que también ha tropezado. La tensión interna alcanzó extremos en los días de Rafa Benítez/Carlo Ancelotti que obligaron al propio Sergio Ramos a intervenir por tensar la cuerda con actitudes que priorizaban los intereses personales a los del equipo. Un toque de atención, el del capitán, que se ha repetido con este curso tras la escapada nocturna a una conocida discoteca de Madrid tras perder el derbi.
Actitudes que han distanciado al malagueño de un grupo que sufre la falta de constancia de Isco. Un malestar que comparte el propio ‘Zizou’ quien le ha trasladado su desencanto al interesado: “He confiado en ti y me has decepcionado”.