Índigo, un restaurante con ambiente artístico

Para los amantes de lo innovador y desafiante, nace un restaurante con un estilo que pretende llevar a sus visitantes a reunir sus cinco sentidos en un ambiente multicolor lleno de gracia

Es un restaurante de gastronomía fusión y coctelería de autor. Queriendo transmitir esa locura que llevamos todos los seres vivos bien adentro. Esto en Índigo, un concepto casual y a la vez romántico y a la vez cultural. Sin perder el toque acústico de la música que suena en el lugar.

Se pretende que cada comensal se atreva a salir de lo convencional y transmitir un mundo paralelo a la realidad de cada persona que les visite. 

Ambiente

Todo el lugar está diseñado para abrazar al artista guatemalteco. No importando su género o formación. Desde la entrada al establecimiento se pueden ver una par de alas de ángel colgando desde su cielo, escultura de la famosa artista, Claudia Paredes; y poco a poco al ir entrando se le abren los ojos al observar las pinturas, esculturas, cuadros, y diferentes tipos de arte moderno, dentro del recinto. 

Es una casa artística, desde cualquier punto que se pueda admirar. Se podría pensar que nos adentramos a comer dentro de un museo de arte. Posee varios ambientes, algunos más privados que otros, y cada uno de ellos rodeado de un enigma artístico, llamando por ser descubierto. 

Se percibe una calidez romántica en su iluminación y un lugar adecuado para compartir en pareja. De la misma manera, oportuno para realizar alguna reunión after office. 

No solo con el sentido de la vista, se puede percibir el arte. En el centro del lugar tiene un escenario, totalmente adecuado para artes escénicas y musicales. De hecho prácticamente todos los días hay música en vivo. Tanto instrumental, como cantores.

Forma parte del ambiente visual, un piano de cola, el cual entra en escena cuando algún pianista llega al establecimiento. También se pueden escuchar saxos, violines, guitarras, entre otros instrumentos musicales. Generalmente al mediodía y durante la noche.

Servicio

Entrando al restaurante se acercan dos actores a realizar un trato servicial, proporcionando un toque de calidad en la atención. Sus nombres, Wilson y Dany. El primero, nuestro mesero y el segundo encargado de que todos los comensales estén bien atendidos.

La delicadeza de Wilson se percibe durante toda la velada. No hubo necesidad de ver el menú, ya que este personaje se encargó de transmitirnos la esencia de los platillos, y a la vez sugiriéndolos, según las especialidades del chef.

Es el momento de entrada del tercer actor, Selvin, el bartender, el cual nos da las recomendaciones de las bebidas insignias del lugar. Las cuales fueron degustadas más adelante. De la misma manera, otorgando un menú cantado.

Durante la última escena, se presenta la última actriz de la noche, la encargada y gerente del restaurante. Quien nos regala unos minutos de su tiempo, con los cuales explica la temática del establecimiento.

Comida

Wilson nos explica las posibilidades de empezar la noche con una entrada, entre las que propone: carpaccio (res, pulpo, pescado), unos hongos portobellos y un Steak Tartar. Este último fue el elegido para degustar.

Es una tártara de ternera, bien compacta, con una presentación elegante, acompañada de malanga, yuca, aguacate, semillas de mostaza, entre otros. Deliciosa, suave y sensible en el paladar. Sus acompañamientos le dan un toque ansioso, que en boca se siente el cambio de sabores

Es una entrada adecuada para compartir entre dos personas, principalmente por la fineza de romanticismo que muestra dicho plato. La yuca y malanga le ofrecen estabilidad neutral para el siguiente bocado.

Robalo Beurre Blanc, como uno de los platos fuertes; liviano para la noche. El cual le acompañan un puré de coliflor con puerro y palmitos, bañados de una salsa beurre blanc, la cual proviene de Francia, que es una salsa a base de mantequilla, reducida con vino blanco.  

Cocinado a la plancha manteniendo su piel, lo que ocasiona que se sienta crujiente la primera capa, para posteriormente sentir la blandes de su carne

Muy bueno el tiempo de cocción del palmito y buena combinación con el pescado. El puré bien definido, sirviendo de cama al filete.

Camarones al Tamarindo, el otro plato fuerte de la velada. Camarones jumbo a la plancha, marinados con una salsa de tamarindo y de un bok choy salteado, que es un tipo de col asiático, parecido a la acelga.

Su nivel de cocción, el adecuado para cubrir todo el cuerpo del molusco, servido con cabeza, pero ya sin su abrigo de piel. La salsa de tamarindo le da un toque excepcional combinando un sabor agridulce muy aceptable.

Todos los platos servidos, con una presentación adecuada, buena temperatura y buen tiempo de cocción.

Postre

Nos detuvimos unos instantes para escuchar cuales son los postres del establecimiento, y se solicitaron dos. Una Tarta de Pecanas y una Canasta de Frutos Silvestres.

Tarta de Pecanas, es uno de los pies preferidos por el autor, el helado que lleva por encima y su combinación de sabores, tomando en cuenta la combinación de temperaturas, le da un toque rico desde el primer momento. 

La Canasta de Frutos Silvestres, está basada en frutos rojos, los que incluyen moras, fresas, arándanos y frambuesas. Su masa, delgada y crujiente, donde descansan los frutos en su manjar, bañados de crema batida. 

Bebidas

El bartender, Selvin, nos recomienda algunas bebidas, tanto con alcohol como vírgenes. Las bebidas se pueden preparar en la mesa, si el comensal lo requiere o en el bar. El cual es completo con prácticamente las bebidas reconocidas internacionalmente.

Los cócteles que se probaron fueron Mezcalita Ahumada y Gindigo. Ambos insignias del establecimiento, muy sabrosos. Adecuados como aperitivos.

La primera es prácticamente una paloma; combina la acidez del limón de una margarita y la calidez del tequila. Pasando por un soplete, que ahúma la bebida y su fruto.   La segunda es la bebida que lleva el nombre del restaurante. Es un gin con infusión de pepino, romero e ingredientes mágicos.

Las bebidas sin alcohol, que se bebieron durante la comida fueron un cóctel de durazno y uno de pepino. Ambos muy ricos y refrescantes, placenteros para estos periodos de clima caluroso. Se recomienda tomarlos fríos, para que la mezcla de ingredientes sobresalgan en boca.

Esta casa artística se encuentra ubicada en la 13 avenida 20-69 zona 10, Interior Casa Mandarina. y en sus redes sociales @indigoguate.

De la voz de su autora: “Queremos mostrar algo nuevo, donde se pueda hallar la fascinación por lo misterioso y lo desconocido en cada platillo”.