Impaciencia y dudas en Ecuador por demora en resultados electorales

La demora en los resultados de las elecciones presidenciales del domingo generó este lunes impaciencia entre los opositores ecuatorianos, conscientes de que un balotaje les daría más opciones para desbancar al correísmo tras diez años en el poder.

En los últimos recuentos oficiales parciales, con el 90,07% de los votos escrutados, el candidato oficialista de izquierda Lenín Moreno se ubicaba cerca de una victoria en primera vuelta, con un 39,07%, mientras que el exbanquero de derecha Guillermo Lasso registra un 28,42%.

Para ganar en primer turno, como lo hiciera el presidente saliente Rafael Correa en 2009 y 2013, se necesita un 40% de los votos válidos y una diferencia de diez puntos sobre el segundo.

«Creo que vamos a alcanzar ese 40%. Tengo datos que así permiten presumir», señaló Moreno en declaraciones a la prensa en Quito. Pero si hay segunda vuelta, prevista para el 2 de abril, «la vamos a ganar», aseguró.

«Estamos en segunda vuelta», celebró por su parte desde Guayaquil (suroeste) el candidato opositor, que auguró «una gran victoria».

Pero los resultados definitivos de las presidenciales no llegarán hasta dentro «de tres días» debido a anomalías en actas de votación, según informó este lunes el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Su presidente Juan Pablo Pozo llamó a los electores a «esperar los resultados oficiales en un ambiente de paz, pues existen márgenes estrechos para definir si hay segunda vuelta», cuando «efectivamente se está peleando voto a voto el que exista o no» el balotaje.

– Evitar el balotaje –

Desde la noche del domingo, a medida que el lento conteo oficial iba dibujando un escenario muy reñido, centenas de simpatizantes de Lasso permanencen frente a la sede del ente electoral en Quito, en una vigilia para exigir transparencia en el conteo y denunciar un eventual fraude, lo que fue desmentido por la autoridad electoral.

Militares y policías custodian el edificio del CNE, ubicado en el norte el Quito, donde se han registrado pequeños roces con los manifestantes.

En una rueda de prensa por la tarde en Quito, Moreno acusó a «algún político mal perdedor», sin dar nombres, de estar llamando a la violencia. «Eso sí no se le puede tolerar», dijo.

Analistas advierten desde hace semanas que, aunque cuenta con una base sólida de apoyo del 30%, el correísmo está acusando el desgaste debido sobre todo a la delicada situación económica producto de la debacle en los precios del crudo y necesita imperiosamente una victoria en primera vuelta.

«Es lógico que no quieran postergar una campaña electoral que además ha estado saturada de denuncias de corrupción», explica a la AFP el politólogo Franklin Ramírez, de la Facultad Latinoamericano de Ciencias Sociales (FLACSO).

Los casos más sonados son los de la petrolera estatal Petroecuador en el que está implicado un exministro de Correa y de las supuestas coimas de la constructora brasileña Odebrecht.

En un balotaje, la oposición, encarnada por partidos de derecha y descontentos del correísmo, podría hacer frente común, a pesar de que llegó a estos comicios completamente dividida.

El domingo, tras saberse sin posibilidades de acceder al balotaje, la exasambleísta de derecha Cynthia Viteri, tercera en los conteos con un 16,30%, pidió abiertamente el voto para Lasso y llamó a sus partidarios a defender «la segunda vuelta» en las calles.

«Hemos recibido el apoyo de algunas fuerzas políticas», declaró Lasso, que dijo que sus manos «están extendidas» y propuso «una mesa de gobernabilidad abierta a todos los sectores de la sociedad».

– Votos disputables –

Para Ramírez, no está tan claro que Lasso arrastraría la mayoría de votos del resto de partidos opositores.

«Hay mucho disputable. El partido de Viteri, el Partido Social Cristiano (PSC), hay un voto más popular que, al no estar su candidato, iría para Moreno. Alianza País (oficialista) tiene aún donde recoger votación», agrega.

El resultado de esta elección también será decisivo para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012 para evitar su extradición a Suecia por supuestos delitos sexuales que él niega.

Moreno es partidario de mantener el asilo, pero Lasso dijo a la AFP que, de llegar al poder, se lo retirará.

«La embajada de Ecuador no es un hotel», declaró el candidato este lunes, al afirmar que respetando al derecho internacional «revisaremos el asilo» otorgado a Assange por el gobierno de Correa.

Un triunfo de Lasso sería además un nuevo revés para la izquierda latinoamericana, muy golpeada tras el giro en Argentina, Brasil y Perú.

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