Honduras planteó el lunes a Estados Unidos su preocupación por la posibilidad de que el endurecimiento de la política migratoria con México y Guatemala cause una acumulación de migrantes en territorio hondureño que sea difícil de gestionar.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, conversó del tema con el secretario interino del Departamento de Seguridad Interior (DHS) estadounidense, Kevin McAleenan, durante una reunión en Washington para analizar cómo mejorar la seguridad fronteriza y reducir la migración irregular que llega al norte.
Hernández expresó su «alarma» de que los acuerdos migratorios alcanzados este año por Washington con México y Guatemala para frenar el flujo de indocumentados a Estados Unidos hagan que migrantes de dentro y fuera de la región «queden acumulados en Honduras» y terminen generando un «enorme problema social».
«Eso para nosotros es un tema de alto riesgo, no podríamos manejar una situación de esas», dijo Hernández a periodistas tras la cita con McAleenan, según declaraciones difundidas por la Presidencia.
El mandatario señaló que en lo que va del año han pasado por Honduras 30 mil migrantes de Cuba, Colombia, Haití, África y Asia, y esta cifra podría llegar a 70 mil a fin de año.
Indicó que la migración de centroamericanos a Estados Unidos ocurre desde hace décadas, pero el fenómeno de la migración «extracontinental» es más reciente.
«Hemos planteado que para nosotros es fundamental llegar acuerdos de responsabilidad compartida aunque diferenciadas, donde cada país en el continente asuma su parte», apuntó Hernández, subrayando la necesidad de atacar el crimen organizado.
«Eso es sólo una cara de un monstruo de varias cabezas», añadió, sumando el problema del tráfico de drogas, de armas y de dinero y la acción de maras y pandillas.
Combatir el tráfico de personas
Tras la reunión, realizada en seguimiento de un encuentro en julio de autoridades de Estados Unidos y del Triángulo del Norte (Guatemala, San Salvador y Honduras), Tegucigalpa y Washington acordaron seguir trabajando para combatir la trata y el tráfico ilícito de personas en la región.
«Logramos un compromiso por primera vez después de estarlo insistiendo en bastantes ocasiones de que el DHS trabaje con instancias en Honduras (…) para investigar, judicializar y llevar a sentencias a los traficantes de personas», dijo Hernández.
En una declaración conjunta difundida por el gobierno hondureño, ambos países se comprometieron a proteger a «poblaciones vulnerables, especialmente de menores».
El texto señala también que se buscará expandir la inmigración legal de hondureños a Estados Unidos, la reducción de las barreras comerciales no arancelarias para promover la inversión extranjera directa, y la facilitación del comercio.
«Ya se dejaron instalados los equipos económicos, de seguridad y migratorio, trabajando para que en los próximos días podamos llegar a acuerdos concretos», dijo Hernández.
Consultado por AFP, el embajador de Honduras en Estados Unidos, Rafael Sierra, negó que se contemple convertir a Honduras en un «tercer país seguro» para migrantes que buscan asilo en Estados Unidos, por el cual debería procesar las solicitudes de refugio de los migrantes que pasaran por su territorio.
El diplomático destacó que se analiza incrementar la emisión de visas temporales para trabajos agrícolas o de construcción de hondureños en Estados Unidos, entre otras medidas para generar empleo.