Caracas, Venezuela
El líder opositor venezolano Juan Guaidó descartó este martes, de momento, nuevas rondas de negociaciones con delegados del gobierno de Nicolás Maduro, calificándolo de «dictadura asesina» tras la muerte de un militar bajo arresto; pero el mandatario socialista se declaró optimista en torno al diálogo.
«Nunca va a ser momento para demócratas poder mediar con unos secuestradores, violadores de derechos humanos (…). Aquí nadie se chupa el dedo, sabemos que es una dictadura asesina a la cual nos enfrentamos», dijo Guaidó, jefe del Parlamento reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países luego de que la mayoría opositora legislativa declarara «usurpador» a Maduro.
Si hubiese «una nueva ronda» que facilite «el cese de la usurpación, lo comunicaremos», agregó durante una sesión parlamentaria en la cual se aprobó un acuerdo para condenar el «asesinato» del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, entre denuncias de torturas.
El oficial estaba recluido en calabozos de la Dirección de Contrainteligencia Militar por un presunto complot para derrocar y asesinar a Maduro.
A finales de la tarde, en contraste con las palabras de Guaidó, Maduro se declaró «seguro» de que las conversaciones iniciadas en mayo pasado en Oslo, con la mediación de Noruega, derivarán en un acuerdo este año.
«Vamos a lograr en este año 2019 un gran acuerdo de entendimiento (…) Estoy seguro. Tengo la certeza absoluta», manifestó el presidente en un acto político, prometiendo que «va a haber buenas noticias en las semanas que están por venir».
Previamente, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijo que el gobierno de Maduro está a «la espera de que la oposición se disponga para retomar las reuniones en Noruega».
Acosta estaba en la lista de 13 arrestados por la supuesta conjura divulgada el jueves por el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, principal representante de Maduro en las conversaciones en Oslo.
En medio de su pugna por el poder, delegados de Maduro y Guaidó sostuvieron un primer cara a cara en la capital noruega en mayo, sin resultados.