Girona-Real Madrid, el equipo de Puigdemont contra el de Rajoy

El Real Madrid visita al Girona dos días después de que el parlamento catalán votara a favor de la independencia, en un duelo entre el equipo favorito del presidente español Mariano Rajoy, y el de una ciudad bastión del independentismo, del que es seguidor el destituido presidente regional Carles Puigdemont.

El viernes, tras la proclamación de la república independiente, el ejecutivo español destituyó a Puigdemont y a todo su gobierno y convocó elecciones regionales para diciembre.

La aceleración en la crisis catalana, especialmente tras las cargas policiales del 1 de octubre para impedir un referéndum ilegal de autodeterminación han impulsado los gestos de los partidarios de la separación en algunos estadios catalanes.

En el Camp Nou del Barcelona, club identificado con el catalanismo, arrecian en los últimos partidos los gritos de «Independencia» en algunos sectores, al igual que la exhibición de ‘esteladas’, la bandera independentista.

El jueves también se pudieron oír gritos de independencia durante el partido de Copa del Rey entre el Levante y el Girona en el estadio de Montilivi en el minuto 17.14, en recuerdo del año de la toma de la ciudad de Barcelona por las tropas borbónicas durante la guerra de sucesión española.

– Ilusión por el partido –

A este estadio acude el domingo por primera vez en competición liguera, en la décima jornada, el Real Madrid, «el equipo representativo de España, junto con la selección española», señala el historiador Eduardo González Calleja a la AFP.

El Real Madrid tendrá «la acogida que siempre suele recibir en campos con un componente nacionalista muy fuerte, pero aumentado por el hecho que los clubes de fútbol tienen ahora que definirse en el asunto catalán», augura González, autor de un libro sobre la historia del equipo blanco.

«Aquí hay mucha ilusión por este partido», asegura el presidente del Girona, Delfí Geli, recordando que «después de conseguir el ascenso (a Primera División) se esperaban los partidos contra los grandes y uno de los grandes es el Real Madrid».

Pero, el espectáculo deportivo parece no poder escapar a la carga de simbolismo político, apenas dos días después de que el parlamento regional votara la independencia de Cataluña, a lo que respondió el gobierno central con medidas para intervenir la autonomía catalana.

Durante cinco años (2011-2016), fue alcalde de Girona el actual presidente regional Carles Puigdemont, reconocido hincha del Barcelona, que no dudó en felicitar al equipo de su ciudad, del que se miembro honorífico, en el momento de su ascenso a Primera División.

«Habéis demostrado que no hay sueños imposibles», declaró en junio, en alusión sibilina al proceso independentista.

Por otro lado, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, es un aficionado al Real Madrid y no faltó a la cita en Cardiff el pasado año cuando el equipo ‘merengue’ se proclamó campeón de Europa.

– Real Madrid conectado con el poder –

El Real Madrid ocupa, por otra parte, una plaza aparte en el mundo del fútbol español, desde que ganó cinco Copas de Europa en los años 1950, dando una exposición internacional a una España retraída durante la dictadura franquista (1939-1975).

Desde su fundación en 1902, «es un Real Club. Es un club colocado bajo, en cierto modo, el patrocinio de la Casa Real, de la monarquía española», garante de la unidad del país, considera González Calleja.

«Si ve las personalidades políticas que acuden al palco del Real Madrid, se dará cuenta que las vinculaciones con el poder político siguen siendo muy fuerte», añade este historiador.

El 1 de octubre, día del referéndum ilegal en Cataluña, las tribunas del Santiago Bernabéu se llenaron de banderas españolas.

A la inversa, en Girona, el partido contra el Barcelona del 23 de septiembre dio ocasión a sus aficionados de mostrar banderas catalanas y lanzar eslóganes independentistas y al igual que el Barça, el Girona FC se unió a la huelga decretada el 3 de octubre por los independentistas.

– Tranquilidad –

Madrid no reconoce la independencia catalana, por lo que, los clubes de la región (Barça, Espanyol y Girona) pueden seguir jugando por ahora en la Primera División española en base a la ley del Deporte española.

Y tanto Real Madrid como Girona han llamado a la tranquilidad y la normalidad de cara al partido, pese al entorno extradeportivo que lo rodea.

«La seguridad para este partido va a ser como siempre, nosotros vamos a hacer un partido de fútbol como tenemos qué hacer y sin pensar en otra cosa», desdramatizó el técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane.

También su colega del Girona, Pablo Machín, aseguró que el estadio de Montilivi «será una fiesta».

«No hay que temer por ningún tipo de problema», sentenció la alcadesa de la ciudad, Marta Madrenas, que sustituyó en el cargo a Puigdemont.