Fujimori, más lejos de la presidencia de Perú

La pérdida de apoyo, el pasada de su progenitor y los señalamientos en su contra de posibles vínculos con el narcotráfico o el autoritarismo podrían haberle restado el apoyo suficiente del cual hoy carece.

En dramático cierre del conteo de votos tras la elección presidencial en Perú, con el 92% escrutado, se ve imposible que Keiko Fujimori llegue a ser Presidenta, pues pierde por un escaso margen del 0.6%.

Hasta hace dos semanas, las opciones electorales de Kuczynski se diluían con una campaña que no encontraba el norte, ni en la actitud ni en el discurso. Incluso, los sondeos que Fujimori ya había roto el famoso empate estadístico.

La mayoría de los analistas sostenían que la hija de Alberto Fujimori tenía la primera oportunidad de obtener la victoria.

Una serie de hechos, sin embargo, terminaron por cerrar la brecha. Se pueden mencionar algunos: el apoyo explícito de la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, a favor de Kuczynski para –según sus propias palabras– cerrarle el paso al fujimorismo.

A cargo de un análisis más fino que se tendrá que hacer en los días siguientes, este respaldo de Mendoza, al parecer, resultó clave porque Kuczynski superó, por mucho, a Fujimori en el sur del país, donde precisamente el FA había pisado fuerte en abril.

Un segundo factor a tomar en cuenta para explicar esta virtual victoria de Kuczynski es que FP no pudo contrarrestar los fundamentados señalamientos por vínculos con delitos serios como el lavado de activos del narcotráfico. Esto se agravó con el cuestionable papel desempeñado por Chlimper, que hizo recordar viejas mañas del fujimorismo de los noventas.

Y no menos importante, hay que considerar que Kuczynski fue capaz en los últimos días de campaña de marcar la cancha y definir esta elección en una suerte de plebiscito: de un lado, la honestidad y el diálogo y, del otro, el autoritarismo y la posible irrupción de un “narcoestado”. El debate del domingo pasado fue clave para llevar este mensaje y despertar el sentimiento antifujimorista, el que se vio muy bien reflejado en la multitudinaria marcha celebrada el martes 31.

Si las tendencias se mantienen –en realidad, no deberían modificarse demasiado– Kuczynski jurará a la presidencia en reemplazo de Ollanta Humala Tasso.

Será una ocasión simbólica, porque será la primera vez en la historia republicana nacional que asuma, por cuarta vez consecutiva, un presidente elegido de acuerdo con las maneras democráticas.

Además, al nuevo presidente le tocará conducir al Perú rumbo a su bicentenario, en julio del 2021.

En el cuartel electoral de PPK el clima general era de alegría. Aunque los códigos de conducta en este tipo de situaciones obligan a mantener posiciones cautelosas, la sensación extendida entre los alfiles de Kuczynski es que su triunfo es inminente. Si se piensa que hace dos semanas este era un candidato casi desahuciado, la palabra más mentada allí fue “remontada”

*Con información de La República de Perú