El Fondo Monetario Internacional (FMI) concedió el jueves por la noche a Perú una línea de crédito de 11 mil millones de dólares en dos años, solicitada por Lima para hacer frente a la crisis desatada por la pandemia del coronavirus.
«El directorio ejecutivo del FMI aprobó hoy (jueves), por un término de dos años, un acuerdo de Línea de Crédito Flexible (LCF) para Perú» por 11 mil millones de dólares, según un comunicado del FMI.
La LCF es un instrumento de financiamiento renovable otorgado a países con sólidos antecedentes de política económica, que permite al país beneficiario tener acceso a montos importantes en cualquier momento.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, elogió «los marcos institucionales y de políticas muy sólidos de Perú», que según dijo, «lo han ayudado a lograr resultados macroeconómicos impresionantes y reducir vulnerabilidades».
Sin embargo, consideró que «el choque de la covid-19 plantea un desafío extraordinario, que está empujando a la economía peruana a una recesión».
Georgieva destacó la respuesta del gobierno de Martín Vizcarra, con «medidas estrictas de contención» y «un gran paquete de políticas para limitar las consecuencias socioeconómicas».
Pero advirtió que «Perú sigue siendo vulnerable a los riesgos de cola externos», y señaló que «un brote prolongado de la covid-19 tendría repercusiones significativas para los flujos comerciales y financieros».
El paquete incluye medidas para contener la emergencia de salud, apoyar a empresas y hogares y mantener flujos de crédito adecuados a la economía, dijo Georgieva.
Apuntó que el gobierno peruano tiene la intención de tratar la línea de crédito como «precautoria», y que evaluará salir del acuerdo una vez que la crisis haya pasado y «el seguro proporcionado por un acuerdo de LCF ya no sería necesario».
Perú superó el jueves los 4,000 muertos por coronavirus, totalizando más de 141,000 casos confirmados, lo que tiene a los hospitales al borde del colapso.
El FMI aumentó los préstamos y lanzó una serie de nuevas herramientas financieras para ayudar a los países a enfrentar la pandemia, que se espera que cause la peor desaceleración económica mundial desde la Gran Depresión de hace casi un siglo.