Familiares sin resignación al descartarse esperanza de vida en submarino argentino

La decisión de la Armada argentina de suspender el operativo de rescate de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, desaparecido hace 16 días, desató este viernes el clamor de familiares que se niegan a la resignación.

La Armada anunció el jueves en la noche que dio por terminadas las tareas de rescate de la tripulación, al descartar esperanzas de que estén vivos.

Mantiene la búsqueda del sumergible, que estaba comandado por el capitán de fragata Pedro Martín Fernández, de 45 años.

Expertos coinciden que no hay más esperanzas de vida en el submarino.

«No entiendo esta decisión de la Armada. Es apurada e infundada. Le exijo al presidente Mauricio Macri que revierta la decisión de abortar el rescate. Los estamos abandonando y yo no me permito quedarme callado», lanzó Luis Tagliapietra, padre de Damián, un teniente de corbeta de 27 años que navegaba en el San Juan.

Macri no se pronunciado al respecto.

Representadas por Tagliapietra, ocho familias se presentaron como querellantes en la causa que investiga la desaparición del submarino, a cargo de la jueza federal Marta Yáñez de Caleta Olivia, 1.860 km al sur de Buenos Aires.

La jueza pidió que se levante el secreto militar. El ministerio de Defensa aún no responde.

– Contactos submarinos –

«En los últimos días ya se exploró el ciento por ciento del área», dijo este viernes en conferencia de prensa el portavoz de la Armada, el capitán de navío Enrique Balbi.

La Armada reportó que los sonares realizaron «seis contactos en los últimos días, dos ya fueron descartados, uno de ellos correspondía a un pesquero chino hundido años atrás.

En los próximos días arribarán al área de búsqueda dos buques con «equipamiento de alta tecnología de Rusia y Estados Unidos que llegan a gran profundidad para hacerlos descender y hacer una inspección visual», explicó Balbi.

Pero este viernes ya regresaron al puerto de Comodoro Rivadavia tres buques que habían sido desplegados para el operativo de rescate del que participaron estas dos semanas un total de 28 buques, nueve aeronaves y 4.000 hombres de 18 países.

Según expertos, el submarino se hundió a unos 450 km de la costa de la Patagonia, unas horas después de haber reportado un ingreso de agua a través del snorkel, que provocó un cortocircuito y un principio de incendio en las baterías.

«La esperanza de vida es nula. Estamos en el medio de una tragedia. El ambiente en la Armada es de consternación absoluta, angustia y dolor. Hemos perdido a 44 camaradas», dijo a la AFP un oficial de la Armada argentina que pidió anonimato.

¿Queda alguna esperanza de recuperar los cuerpos? ¿Se conocerán las causas de la desaparición del San Juan?

«Ahora sabemos que murieron los 44 marinos. Pero sería otra tragedia que muera la verdad. Y la verdad sólo se puede encontrar si podemos encontrar el submarino y verlo», declaró a la AFP el ingeniero naval Horacio Tettamanti, presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN).

El experto presume que en el submarino ocurrió «una cuestión significativa y abrupta que irrumpió de una forma muy violenta y muy rápida», cuyo efecto se agravó porque se produjo en una zona de más de 200 y 300 metros de profundidad.

Estimó que encontrar al San Juan en las profundidades del Atlántico «es una cuestión de días»

– Hasta agotar recursos –

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, se reunió con los familiares en la base naval de Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires. Les explicó que aunque ya no haya esperanzas de rescate con vida, seguirán buscando al San Juan.

«Se han agotado las instancias o los días donde, en condiciones extremas, no hay posibilidad de que haya vida», les dijo el ministro a los familiares en un video de la reunión que se hizo público.

Sin embargo el ministro aseguró que «hay un compromiso absoluto de no dejar de buscar el submarino hasta que agotemos todos los recursos».

«Los países que están participando en la búsqueda nos van a seguir acompañando», afirmó Aguad.

En la puerta de la base, familiares cuestionaban la decisión oficial.

«¡Qué los sigan buscando y que los traigan a todos. Los esperamos!», clamó Marcela Moyano, esposa del suboficial primero Hernán Rodríguez, jefe de máquinas del sumergible convencida de que su esposo y padre de sus dos hijos de 7 y 13 años está con vida. «Los van a abandonar», acusó.