Engaño y abuso provocan violencia

Las explosiones de violencia colectiva se hacen presentes por diferentes causas, a veces como respuesta o reacción, otras como provocación o represión.

Gonzalo Marroquín Godoy

El pasado 12 de octubre un grupo de manifestantes salió a protestar contra la celebración del Día de la Hispanidad, y en una explosión de violencia le arrancaron la cabeza a la estatua del expresidente José María Reina Barrios y antes intentaron tirar el monumento a Cristóbal Colón.  Una explosión de violencia ante el abuso del que se consideran víctimas.

El último martes, exmilitares que reclaman un pago como resarcimiento por haber luchado durante el conflicto armado interno la emprendieron salvajemente con machetes y palos contra policías, periodistas y personal del Congreso, pues se sienten engañados por el presidente Alejandro Giammattei, quien siendo candidato les ofreció apoyo a cambio de su voto.

La violencia no tiene justificación.

Yo no quiero ser recordado como un hijueputa más que no cumple sus promesas, les dijo el candidato Giammattei a un grupo de exmilitares durante la campaña electoral.  En Youtube están los videos de esta ahora histórica reunión.  En los mismos se observa cuando ofrece que él mismo, como comandante en jefe del Ejército, se pondrá al frente de ellos para ir a exigir al Congreso la aprobación de la ley para darles el pisto que piden. Aquí muestro uno de los videos y dejo la dirección del otro, pues son complementarios:

Hay otro video de ese mismo evento en esta dirección: https://youtu.be/Cxl_OtC-OrM

El engaño pues, es claro y eso es lo que ha provocado la explosión de este bien organizado grupo de exmilitares, aunque dicho sea de paso, en sus protestas se observa a muchos adultos jóvenes que, por su edad, no pudieron haber participado en aquella guerra interna que terminó hace 25 años.

En todo caso, el asunto es que estamos viendo brotes de violencia y eso nos debe llamar a la reflexión, y ojalá también a las autoridades, pues el abuso se ha vuelto una constante, al extremo de estar viviendo ya bajo un régimen autoritario, en donde la concentración de poder y el control del sistema de justicia se vuelven un peligro, incluso para la democracia.

La corrupción es otra forma de abuso contra los intereses del pueblo, de la sociedad, de las organizaciones sociales y de las personas. 

Lo estamos viviendo con el caso de la pandemia.  Guatemala es uno de los tres países más retrasados en la vacunación en Latinoamérica.  El presidente se queja del sistema Covax –a manera de justificación–, pero no menciona el escándalo de las vacunas rusas Sputnik V que fueron compradas violando la ley respectiva y por medio de un contrato a todas luces contrario a los intereses del país, pero eso sí, se pagaron por anticipado, para dejar felices a ambas partes.

Pero el abuso mayor lo estamos viendo en la manipulación de todo el sistema de justicia, cuyas instituciones (CC, MP y la CSJ con jueces y magistrados de sala) han sido cooptadas por el poder político para asegurarse impunidad.  Se ha violado la Constitución y se ha borrado la independencia de poderes.  La porquería afloró claramente con la reciente elección de la junta directiva del Congreso.

Tampoco hay que dejar de lado al TSE, preparado desde ya para hacer todas las maniobras sucias que sean necesarias durante el próximo proceso electoral, del cual debe salir ganador algún candidato de la corrupta alianza oficialista.

Es una gran maniobra de abuso y engaño, pero también sumamente antidemocrática.  El problema es que se está polarizando el país, hay brotes de violencia como los mencionados antes, pero hay también un ambiente de incertidumbre, mientras el país va a la deriva.

No hay que perder de vista que ya se está utilizando la justicia (MP, magistrados y jueces) para acosar a los opositores.  Lo sufren los pocos jueces independientes que van quedando, los operadores de derechos humanos y claramente la prensa independiente.  Los diarios elPeriódico y La Hora lo están padeciendo o lo han sufrido en carne propia.  Ahora mismo, la fiscal general Consuelo Porras ha iniciado una persecución judicial contra elPeriódico y su presidente José Rubén Zamora, en respuesta a las múltiples denuncias de corrupción que ese medio y periodista hacen permanentemente.  Ella ha tomado para sí la tarea de impedir cualquier investigación sobre corrupción –interna o externa– y pretende acallar a la prensa independiente.

Abuso, tras abuso.  Engaño tras engaño.  Lo malo es lo que se provoca.  Bien dijo el diputado Rodolfo Neutze en el hemiciclo parlamentario el día de la elección de junta directiva –palabras más, palabras menos, porque no tengo la grabación–: Debemos preocuparnos en este Congreso, porque si seguimos actuando así, un día vendrán a quitarnos la cabeza como hicieron con José María Reina Barrios, pero nosotros no somos estatuas…

La alianza oficialista tiene mucho poder. En efecto.  Sin embargo, ese poder no es absoluto ni eterno.