ENFOQUE: ¿Qué nos pasa?… muchas cosas!!!

Gonzalo Marroquín Godoy

El miedo que provoca la incertidumbre a causa del covid-19 y del futuro económico-social, es parte de un escenario que, por momentos, se complica. 

Lo incierto del futuro causa miedo.  Es algo natural.  El miedo, a su vez, causa ansiedad, malestar, angustia, estrés, inseguridad y otros sentimientos y emociones que pueden llegar a provocar reacciones que, en condiciones normales no tendríamos. El mundo vive ahora un momento de incertidumbre de cara al futuro.  Ni los grandes avances de la ciencia y tecnología nos permiten tener certeza sobre los días y meses que están por venir. La pandemia y la economía siembran incertidumbre en todo el mundo.

Desde hace semanas, cada uno de nosotros tiene su cabeza llena de preguntas, de temores. ¿Cuándo habrá cura –y vacuna– para el covid-19? ¿Estoy seguro yo y mi familia? ¿Cuánto tiempo durará esta situación? ¿Será cierta una cosa que nos llega por las redes… o será cierta la que dice lo contrario? ¿Perderé mi empresa o empleo? ¿A quién le creo y a quién no? ¿Las decisiones presidenciales –que son tan cambiantes–, están bien fundamentadas? ¿Estaremos seguros cuando se reabra?  Hay cientos y cientos de dudas en el ambiente.

Por eso, la reacción y hasta locura social que provocó la intempestiva y poco analizada medida de cerrar el país, anunciada por el presidente Giammattei el pasado jueves.  El mandatario no midió –¿y alguien de su equipo lo analizó con él?– lo que podía suceder.  Los guatemaltecos, como los ciudadanos de cualquier país en este momento, están bajo presión y estrés.  Hay miedo, incertidumbre y hasta malestar.

Las palabras de Giammattei, nada menos que el presidente de la República, fueron el explosivo social.  No se le vio como líder guiando hacia puerto seguro la embarcación llamada Guatemala, sino como alguien que toma un camino y luego otro, sin argumentos que den tranquilidad a la población. Disparó el miedo en la gente y las reacciones no se hicieron esperar.

Unos mostrando su malestar con acciones hasta violentas, otros corriendo a las abarroterías, tiendas de barrio y luego supermercados de todos los tamaños y categorías, para aprovisionarse, ante el miedo a lo que está por venir… que nadie sabe qué es.

Las autoridades sanitarias no han tenido el alcance de pensar en la salud mental de la sociedad.  ¡Y sin duda está afectada!  Todos lo estamos.  Unos manejan mejor que otros el estrés, la ansiedad, la angustia y hasta el miedo, pero algunos solo ven su entorno gris y, en circunstancias como la que se vivió el pasado fin de semana, sus reacciones se disparan en busca de la seguridad que no perciben en las autoridades.

Lo peor de todo, no se vislumbran soluciones en el corto plazo.  Giammattei debe ser extremadamente cuidadoso con los pasos a seguir y con los anuncios que hace.  Así como en un principio la crisis sirvió para subir su popularidad, sus errores la están erosionando, al extremo de perder credibilidad.  Por el bien del país y en medio de la tormenta, debe ser cuidadoso con sus decisiones y sus palabras.  Es un momento critico para su administración.  Si sale bien librado de esta –que se acuerde de la transparencia–, su gestión será aplaudida.  Si no lo logra, ya tuvo un anticipo de la respuesta del pueblo.

¿Qué nos pasa?  Nos pasa de todo.  Hay miedo al covid-19, gente que no tiene ni para comer.  Muchísimas pequeñas y medianas empresas corren peligro de desaparecer o tener que reducir sus operaciones.  Lo importante es saber que, como siempre ocurre… esto también pasará!!!