ENFOQUE: ¿Por qué es un “pacto” sin sentido?


El pacto es un acuerdo entre dos o más personas –individuales o jurídicas– por medio del cual se comprometen a algo.  Su validez e importancia provienen de su origen y propuestas».

Gonzalo Marroquín Godoy

Los incidentes violentos que se produjeron el pasado fin de semana en Tucurú, Alta Verapaz, han provocado el primer debate público y directo entre candidatos presidenciales, a la vez que dejan ver que no es fácil hacer que la firma de un “pacto de paz” vaya a cambiar las actitudes de los simpatizantes de los partidos políticos, que poco control suelen tener sobre sus activistas.

En su afán por limpiarse la cara luego de una serie de críticas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) promovió la firma del pacto, acto en el que 27 de los 30 secretarios generales de los partidos oficialmente inscritos se comprometieron a realizar una campaña “de altura” y en paz, para promover el voto en las elecciones del 25 de junio próximo.

Pocos días habían transcurrido, cuando una dirigente departamental de la alianza Valor-PU confrontó con una intimidante escuadra a activistas del partido UNE.  El incidente pudo terminar en tragedia, aunque finalmente no llegó a tal, pero sí abrió intensa polémica en las redes sociales y un intercambio de acusaciones entre las candidatas de ambos partidos.

Interesante ver también que ha salido a relucir que la activista de Valor, Susan Ponce –quien fue separada del partido, según la candidata Zury Ríos­–, es parte de la seguridad de candidatos con señalamientos en dicho departamento.  Incluso se habla que son candidatos por ser financistas del partido.

Así que lo que pudo ser una tragedia, sirve para evidenciar la forma en que operan los partidos políticos en el país, en donde los candidatos no son medidos por su capacidad, sino por el dinero que aportan al partido o a sus dirigentes.

Por otro lado, ha quedado demostrado que aquel pacto promovido por el TSE sirve de poco o nada para cambiar lo que suele suceder en las campañas electorales.  Y eso que aquí estamos hablando solamente de lo que es legal y está a la luz, pero no hay que olvidar que, a la fecha, las redes sociales se convierten en uno de los peligros más grandes en la campaña electoral.

Candidatos que compran bases de datos para crear gigantescas redes sociales, netcenters operando desde la clandestinidad y pautando según su interés para construir candidaturas y destruir otras, no son más que el día a día de la campaña electoral que llevará a los guatemaltecos a las urnas, sumidos en la desinformación y con gran confusión sobre los candidatos en competencia.

Edmund Mulet ha aprovechado este incidente para enviar un mensaje a las dos candidatas de los partidos involucrados.  Ha llamado con contundencia “oficialistas” a Zury Ríos y Sandra Torres, por el hecho de que respectivas bancadas han votado durante los pasados tres años junto a la alianza opositora en los temas más sensibles.

Esto anticipa que pueden esperarse debates interesantes en el futuro.  Puede ser que uno o dos candidatos(as) que aparecen en los primeros lugares de las encuestas, se nieguen a participar en este tipo de encuentros, pero si lo hacen, pueden pagarlo caro y, si acuden, deberán tener los argumentos para responder a los señalamientos que pueden llegar de parte de sus rivales.

Estamos apenas a poco más de dos meses de los comicios.  Anticipar el resultado de las próximas encuestas es complicado, porque han circulado muchas de ellas con ánimo de confundir.  De hecho, la mayor parte de las que se ven en redes sociales han sido realizadas por supuestas empresas, las cuáles ni siquiera tienen páginas web o un pasado rastreable, lo que demuestra que pueden tener el calificativo de encuestas chafas, es decir, que se hacen a la medida de quien la ordena… o inventa.

Todo lo que está sucediendo era predecible.  Hoy en día el mundo de la política ha caído a su nivel más bajo.  Las candidaturas en los partidos se dan en su gran mayoría, según la cantidad de dinero que el candidato pueda pagar.  No existe ningún mecanismo democrático dentro de las organizaciones políticas para elegirlos, lo que hace que las mafias y el crimen organizado puedan permear a cualquier partido.

Mientras esto sucede, el oficialismo ha sentenciado a dos binomios presidenciales a no participar.  El TSE y las cortes (Suprema -CSJ– y de Constitucionalidad –CC–)  cierran una y otra vez la puerta a Thelma Cabrera-Jordán Rodas (MLP) y Roberto Arzú-David Pineda (Podemos).  Aunque ninguno de estos candidatos o partidos lo dice aún, su futuro está sentenciado: no les dejarán participar.

Mulet navega con el tiempo a su favor, porque no ha avanzado la intención de apartarlo de la carrera por parte del oficialismo, aunque la espada de Damocles pende sobre su candidatura, por el feroz ataque del MP.

En fin, es poco el tiempo, pero son muchas las cosas que están por suceder.  Lo triste es que, en medio de tanta confusión, de la inundación de mensajes en las redes sociales, y de un sistema político disfuncional en su esencia, los grandes perdedores son la democracia y los electores, víctimas del engaño y la manipulación.